CAPITULO 15

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ADELAIDA

Amarró mi cabello con la liga, le doy cuatro vueltas para asegurarla bien, al terminar me veo desde varios ángulos en el espejo por si la coleta tiene alguna imperfección, pero por primera vez en la vida me salió bien a la primera.

Tomo mi perfume y me pongo un poco, con eso termino de alistarme.

Camino a mi maleta de donde saco la cajita en donde traigo mis pastillas anticonceptivas. Las tomo siempre a la misma hora en la mañana desde que me lo indicó la ginecóloga.

Al momento de abrirla me doy cuenta de que ya no hay ninguna y es entonces que recuerdo que la última me la tomé ayer.

Mi corazón comienza a latir muy rápido y trato de no entrar en pánico. Vuelvo a guardar la caja en su lugar buscando alguna solución, tengo que ir a la farmacia ahora mismo.

—Adelaida, tenemos que salir— me habla el señor Cavill desde afuera de mi habitación.

Nerviosa tomo mi bolso ya con mis cosas adentro, salgo y lo observo acomodándose el reloj, me mira y sonríe.

—Buenos días— me saluda.

Me acerco jugando con mis manos.

—Eh...buenos días— muerdo mi labio inferior —Señor Cavill, mmm...

—¿Que pasa?

—¿Cree que en el camino podríamos llegar a una farmacia?— inquiero muerta de los nervios.

—Claro, ¿te sientes mal?— niego.

—Es que...se me acabaron las pastillas anticonceptivas— suelto y sus ojos caen sobre los míos.

—Entiendo, está bien— asiento sonriendo de lado.

—Gracias— no dice nada más.

Ambos salimos de la habitación.

Al llegar al lobby maldigo en mis adentros ya que el señor Moore llega con mirando diciendo que se van con nosotros de nuevo.

En el camino mi jefe me mira a través del retrovisor y yo niego dándole a entender que no llegue a la farmacia.

Una vez en la oficina me deja sola sin Mandy ya que el se va con el señor Moore a revisar unas cosas con Niccolo.

Sinceramente no puedo concentrarme en nada, miro a un punto fijo pensando en la pastilla y es que pensé en ir a comprarla pero Mandy querrá ir conmigo y sinceramente no quiero un regalo de moralidad sobre infidelidad.

—Ada, Ada, ¡Ada!— miro a mi amiga.

—¿Que?

—Llevas distraída desde que nos sentamos aquí, ¿que te pasa?

—Yo...— pienso —Me pasas tu, ¿quienes ese chico de lengua habilidosa?

Desvía la mirada nerviosa.

—Alguien sin sentido, solo un polvo.

—¿Un polvo por el que te embriagas y lloras?

—Me confundí ¿ok?, eso es todo— fija la vista en sus papeles.

—Tu no te enamoras, no te confundes Mandy, él no es solo un polvo lo de— me mira hastiada.

—No quiero hablar de él ahora, ¿si?— ruedo los ojos y vuelvo hacer lo que hacía.

Subrayo algunas incongruencias en las hojas pero no me concentro tanto ahora por la chica frente a mi, cuando ella me mira yo no miro y cuando yo la miro ella no me mira, así estamos como por una hora más.

My Boss | Henry Cavill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora