CAPITULO 29

23.5K 1.4K 544
                                    

ADELAIDA

Bailo con Christian una canción lenta mientras observo como mi jefe baila con su esposa, su mano está en la cintura de ella, le mantiene la mirada y ríen a cada nada supongo recordando sus aventuras de jóvenes.

Mi mente solo piensa en que están mejor que nunca, se ven muy enamorados mientras que yo estoy celosa de eso, él se ve muy enamorado de ella y yo...yo estoy con Chris solo por que no quiero hacerle más daño del que ya le he engañándolo.

—¿Estas bien?— inquiere mi novio haciendo que lo mire.

—Si, solo quiero ir al baño— asiente y me suelta.

Camino a paso rápido al baño, Miranda no se en donde está, después de haber ido con ella al baño a consolarla hace unas horas, se me perdió de vista pero supongo está con Elias ya que el tampoco está por aquí.

Entro al baño, voy directo al lavamanos para mirarme frente al espejo, luzco muy bien yo, este vestido se me muy bien y no puedo creer que Diana no reconozca los vestidos de su esposo, aunque tal vez el comentario solo lo dijo para molestarme.

¿Pero por que le desagradó tanto?, no creo que sospeche nada de su esposo y yo en estos meses que hemos estado juntos o ya hubiera hecho que me corrieran del trabajo, además, me odiaba desde antes.

Me lavo las manos y salgo del baño, busco a Chris con la vista por todo el salón pero no lo encuentro así que decido ir un rato al área del balcón.

El aire frío me hace soñar mis brazos, es noviembre y hace demasiado frío, no tarda en comenzar a nevar.

Me recargo en el barandal para ver los carros pasar, trato de mermar mi enojo y tristeza al ver a mi jefe feliz con su esposa, ¿por que tengo que sentir esto yo?

Quisiera ir a gritarle a esa señora que su marido se ve más complacido en mi cama que con ella sentado en una mesa solo para que se le quite lo soberbia y engreída.

Me abrazo a mi misma cuando el aire vuelve a pegarme, pero el frío merma un poco cuando alguien me pone su saco, me giro y es Benjamin, le dedico una sonrisa y el acomoda su saco en mi con mi ayuda.

—Hola— lo saludo —Gracias.

—Lo menos que puedo hacer por mi esposa— suelto una risa —¿Por que tan sola y triste?

—Mi novio creo que salió a fumar al estacionamiento y no estoy triste.

—¿Enojada?

—Noup.

—Celosa— afirma.

—¿Celosa?— niego riendo.

—De Diana—trago grueso —¿Que?, yo lo sé todo, tengo una bola de cristal en la que veo el pasado, el futuro y el presente.

—¿Ah si?, ¿y que es lo que ve de mi?

—En el pasado que eras una niña muy latosa, en el presente que estás aburrida con tu novio y en el futuro que serás mi esposa— dice lo último coqueto.

—Pues ya te estás tardando en proponerme matrimonio— le digo la corriente.

—Si veras, estoy esperando a que termines lo que sea que tienes con mi mejor amigo y después te propondré matrimonio en un bote en Venecia, pero si quieres puedo hacerlo ya y tú dejas a tu amante y vienes conmigo— medio sonrio.

—Pues hazlo.

—Okay, aquí voy— se arrodilla y yo rio —Adelaida Becker, ¿me harías el honor de casarte conmigo?

Toma mi mano.

—¿Todo lo tuyo quedará a mi nombre y seré una de esas señoras que no trabajan y solo se preocupan por ir de compras y decorar la casa?— inquiero divertida.

My Boss | Henry Cavill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora