Traición

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DIANA

Mis tacones resuenan en el piso de mármol con cada paso que doy, acomodo mis lentes sol cuando entro en el elevador, nadie entra conmigo cosa que lo hace mucho mejor.

Llego a mi piso deseado, él mismo de siempre, avanzo y paso la tarjeta para que la puerta se abra, camino por el pequeño pasillo de entrada hasta que veo la cama de la habitación, sonrio al visualizar también al chico de ojos aceituna.

Me sonríe y me quito la peluca roja para acercarme a besarlo.

—Te extrañe— digo en sus labios.

—También yo— aprieta mi cintura —Que sexy.

Me halaga mirando mi vestido, es azul, de tirantes y escote en V dejando ver la pronunciación de mis senos, es más escotado de los que suelo usar día a día.

—Y eso que no has visto la lencería— sonríe con malicia.

Lleva sus manos al borde de mi vestido y comienza a alzarlo hasta que me lo quita por encima de mi cabeza, quedo solo en una tanga que no me tapa nada ya que la parte de enfrente es casi dos lineas de perlas.

—Mmm, me encanta, quiero cogerte con eso puesto.

—Pues hazlo— junta sus labios con los míos en un beso que pareciera no nos hemos visto en años, casi nos atragantamos.

Nos gira de forma que quedó de espaldas a la cama, me avienta y caigo sentada, lo observo quitarse la camisa y después el pantalón, su creciente erección se hace presente y la veo mejor cuando se quita el bóxer.

Se abalanza encima de mí para atacar mi cuello, le recuerdo que sin marcas a lo que solo gruñe.

Hace exactamente dos años que empecé esta relación clandestina y no me arrepiento absolutamente de nada, con Henry ya estaba aburrida, solo eran cenas románticas y viajes sosos que ya no me llenaban, claro que en el sexo es muy bueno pero aún así yo necesitaba más, lo encontré y ya no lo solté.

Por mi esposo no me preocupo, es demasiado tonto e ingenuo como para darse cuenta de esto, ademas, su amor por mi es tan grande que aunque tuviera la verdad enfrente no la miraría, así es Henry y ahora agradezco que sea así.

No diré que cuando me case no estaba enamorada por que sería mentira, Henry es el hombre que cualquiera desearía y que tengo también, dulce, caballeroso, tierno, obvio estaba enamorada pero vamos, me case joven y aunque si, tuve novios antes que él, siento que me faltó por vivir y ahora lo estoy haciendo.

—Eres tan deliciosa— murmura el castaño en mis senos.

—Tu me encantas— sonríe.

Vuelve a mis labios y de un solo movimiento me voltea, quedo de espaldas a él, siento como se masturbarse con la separación de mis glúteos y no puedo evitar gemir, estoy tan húmeda.

Deja de hacerlo para halar el hilo de mi tanga y luego soltarlo, suelta una risa y yo también.

—Me encanta tu trasero— dice poniéndome en cuatro, yo muerdo mi labio inferior.

—Hazlo tuyo entonces.

No se lo digo dos veces, hace el hilo de mi tanga a un lado y comienza a comerme el culo. Suelto gemido tras gemido ya que con su mano libre mueve las perlas en mi vagina estimulándome.

Después de unos minutos deja eso para penetrar de golpe con su miembro mi agujero trasero, ya ni siquiera siento incomodidad o dolor cuando lo hace, simplemente lo disfruto tanto.

Sigue halando el hilo de forma que las perlas se meten entre mis labios vaginales.

—Ah, más rápido— pido entre gemidos.

Acelera sus movimientos, nuestras pieles chocan causando estruendo junto con nuestros gemidos, me agarro de la cabecera ya que sus movimiento van subiendo de nivel.

Saca su pene de mi interior para ahora introducirlo en mi vagina, ahora siento más placer, envuelve mi cabello en una de sus manos y tira de él recordándome lo sucia que soy.

—¿Te gusta así?— asiento desesperada —Eres una perra sucia Diana.

—Lo soy— jadeo.

—¿Te gusta que te lo haga como una arrabalera?— cierro los ojos disfrutando.

—¡Ah, si!— acelera sus movimientos.

Lo hace tan rapido que siento que va a romperme, minutos después siento mis muslos humedecer con la llegada del delicioso orgasmo, el hombre detrás de mi también llega.

Volvemos a hacerlo no se cuantas veces hasta que ninguno de los dos puede más, ahora estamos acostados en la cama, estoy entre sus piernas con mi espalda en su torso y mi cabeza en su pecho.

—¿Y en donde dejaste a tu esposo que estás a esta hora aquí?— inquiere acariciando mi pezon.

—Está en una noche de tragos, uno de sus mejores amigos cumplió años así que lo más probable es que llegue tarde a casa— suelta una risa —¿Y tu en donde dejaste a tu novia?

—Le dije que me llamaron del hospital.

—¿Y te creyó?

—Si, ella piensa que soy un santo incapaz de engañarla— sonrio.

—Igual que mi esposo, yo creo que por eso es su secretaría— reímos.

—Si, acabamos de reconciliarnos— ruedo los ojos.

—Por Dios Chris, eres demasiado para esa niña.

—Mi mamá piensa lo mismo, tu serías la nuera perfecta para ella.

—Yo soy perfecta para todo.

—Si, sabes, pensé en dejarla de verdad pero no pude.

—¿La amas de verdad?

—La quiero, pero más que eso es que ella es mía, no permitiría que estuviera con otro hombre— alzo ambas cejas.

—Que posesivo— me muevo para quedar a su lado.

—Lo soy hasta contigo pero no puedo demostrarlo por que te conocí casada.

—Si, que bueno que nos encontramos en la entrada de la empresa ese día, fue el mejor de todos— beso sus labios y me bajo de la cama —Estoy planeando ir a Los Ángeles.

—¿Enserio?

—Si, contigo— sonríe —¿Vamos?

—Me encantaría— me quito la tanga.

—Perfecto, prepare todo— paso las manos por mi cabello —Me duchare, ¿me acompañas?

—Claro— también se baja de la cama.

Juntos entramos al baño y nos duchamos.

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Feliz miércoles x2

¿Que opinan?

Esa Diana está potente la ñora 😏

No saben lo que m reí escribiendo esto no se por que jaja

No olviden votar y comentar, las leo 👀

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