My Boss | Henry Cavill

EXTRA: CELOS DE HOMBRE A SU MUJER

HENRY

Termino de abotonar mi camisa, desabotono los dos y vuelvo a abrocharlos, estoy así desde hace dos horas y realmente no se porque estoy tan nervioso, es una simple fiesta.

Una simple fiesta en donde todos serán como veinte años menores que yo.

Ada se graduó hoy, su carrera la hizo en línea para estar con las niñas mucho tiempo y bueno, sus compañeros decidieron conocerse y hacer una fiesta y todo eso, tengo que ir con ella.

—Mi amor— la miro, está en la puerta de su armario.

Sonrio contemplándola, se ve realmente bien, hermosa como siempre.

Tiene puesto un vestido de seda color reojo, es sólido al cuerpo, de tirantes y con escote capa, le llega a media pantorrilla y tiene una abertura hasta la mitad del muslo izquierdo.

—Que hermosa— sonríe —¿Y si nos quedamos y hacemos...

—No señor, ya quedaste en que si irías, ¿recuerdas como te convencí?

—Lo estoy recordando por eso te digo que nos quedemos— niega.

—Mi amor, quiero presumir a mi esposo y lo guapo que es— se acerca y me abraza por el cuello —¿No quieres complacerme en esto?

—Mi amor sabes que adoro cumplir tus antojos y tus caprichos pero van a ir puros chicos a los que le doblo la edad o hasta más— suelta una risa —Me voy a aburrir.

—Pareces un Niño chiquito— acaricia mi mejilla —Te dije que le dijeras a Gabriel que fuera para que te acompañara.

—Llevar a Gabriel sería como llevar a un adicto al alcohol una tienda de bebidas alcohólicas, solo que a él lo llevaré con puras niñas de veinte.

—Mira te prometo que solo iremos dos horas, además tú no me puedes reclamar porque yo siempre voy a las reuniones con tus amigos que me llevan como treinta años.

—Bueno si...

—A pues bueno, apúrate que vamos tarde.

—¿Me estás ordenando?

—Si, ¿por que?

—No nada más, ya voy mi amor— asiente complacida.

—Y deja los dos primeros botines abiertos, adoro ver tu pecho— medio sonrio.

Se da vuelta para salir de la habitación, me mira pervertida cuando dejo una palmada en su trasero.

Termino de arreglarme dándome una ultima mirada en el espejo, decidí no usar traje para no verme tan...tan Grande, así que solo me puse una camisa azul oscuro, pantalones claros y zapatos cafés, en el cabello no me puse gel así que se ven mis rizos.

Suelto un suspiro antes de salir de la habitación, al llegar al primer piso miro a mi esposa junto con mis hijas y mi papá.

—Ya estoy listo, ¿nos vamos?— ella me mira y se acerca a mi, Lúa camina hasta mi también así que la cargo.

—Te amo— suelta con su dulce vocecita.

—Te amo más mi amor— beso su mejilla —Papá, ¿seguro que estarás bien con las niñas?

—Claro, además Lili me ayudará a cuidarlas, saben que adoro a mis nietas.

—Está bien, muchas gracias suegro, nosotros llegamos rápido porque su hijo es un amargado que no quiere ir.

—Es la edad— se burla mi papá.

—¿Disculpa?, ¿tu cuantos tienes?

—A mi edad somos los nuevos adolescentes.