CAPITULO 42

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ADELAIDA

Abro los ojos poco a poco, no quiero despertar pero lo hago ya que no siento a Henry a mi lado, igual sonrio al recordar que hicimos él amor toda la noche, en mi cama, en la regadera, encima del lavamanos y otra vez en mi cama, ademas me repitió mil veces que me ama.

No puedo estar más feliz.

Me bajo de la cama y me pongo la bata blanca de seda que hace juego con mi camisón,la amarró bien y salgo de la habitación para ir a la primera planta, voy a la cocina y allí está Henry apagando la estufa.

—Justo a tiempo, te hice el desayuno— lo pone sobre la isla de en medio —Con mucho amor.

—Gracias— me siento en un taburete —Se ve delicioso.

Son Hot Cakes con fritos rojos arriba, les pongo un poco de miel y juntos comenzamos a desayunar.

—¿Estas lista para ver tu regalo?— inquiere Henry cuando acabamos de desayunar.

—Si— respondo emocionada —¿En donde esta?

—Afuera, vamos— me bajo del taburete, toma mi mano y cuando llegamos a la puerta me dice que cierre los ojos —No los abras hasta que yo te diga.

Él me guía, al salir de la casa siento el frío impactar en mi cuerpo pero ahora mismo no me importa, me guía un poco más y al detenernos me suelta la mano.

—Ábrelos— los abro y...

—Oh por dios— llevo ambas manos a mi boca —Esto no...Henry...

—Henry nada, eres mi mujer y te mereces lo mejor así que ven, súbete— dudo un poco pero aún así me acerco al auto.

Es un Mercedes Benz C Class convertible, es color blanco, el techo lo tiene abajo ahora mismo ya que está bajo el ares de cochera por los tanto no le cae la nieve.

—Te ves hermosa— dice Henry cuando me subo.

—Es genial pero...de verdad no quiero que gastes en mi yo...

—Dijiste que querías un auto.

—Dije que estaba ahorrando para uno y me robaron, y sinceramente en mi mente no estaba uno costoso.

—Pues en la mía si— besa mis labios —Y ya es tuyo así que no lo acepto de vuelta.

—Te amo— le digo y deja otro beso en mis labios.

—Te amo— sonríe —Enciéndelo, demos una vuelta.

Suelto una risa nerviosa.

—Más tarde— le restó importancia a dar una vuelta.

—¿Por que?, hagámoslo ahora— muerdo mi labio inferior.

—Bueno es que yo...sé cuál es el acelerador y cuál es el freno pero no sé conducir— sonrio dulce.

—¿Que?— aprieto mis labios —Pensé que sabias.

—Bueno ósea si se, mi papa me prestaba su auto para ir a la tienda que estaba por la casa pero no para salir por toda la ciudad— suelta un suspiro.

—Te enseñaré— sube a mi lado —Enciéndelo y sube el techo— le hago caso.

Antes de comenzar a conducir tomó un gran respiro, conduzco con cuidado y cuando salimos a la ciudad mi manos tiemblan un poco, no hay tráfico ya que es veinticinco así que no estoy tan nerviosa.

—No es difícil— digo cuando agarro confianza, acelero un poco más ya que no hay carros a mi alrededor.

—Baja un poco la velocidad— me pide Henry —Dije bájala no súbela.

My Boss | Henry Cavill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora