Nervios.
Angustia.
Emoción.
No había sentimiento con el cual Sophie pudiera expresar lo que sentía en esos instantes. Parte de su día había empezado con una sonrisa en sus labios que advertía por no irse jamás. Sophie había cantado como un risueñor por toda la estancia de su departamento. El buen humor había contagiado a las personas más cercanas a ella, su hermana y su editora y, a pesar de que le agradaba ver esa sonrisa rozagante en el rostro de la joven, Nicolas temía por las razones detrás de ella.
Se acercó a la chica viendo la comisura de sus labios irse hacia arriba mientras sus ojos pasaban fijados en la pantalla de su monitor.
—Sé que dirás algo, Nicolas, solo dilo.
—¿Te estas enamorando? —La chica miró rápidamente al hombre ¿Enamorarse?. Bufó.
—¿Enamorada? ¿Yo? ¡No!
—Sophie...
—¡No! —repitió—. Siento mucho cariño por Kev, me siento muy a gusto con él y me parece una persona increíble y no, no por eso significa que me estoy enamorando. —negó con la cabeza—. Además, él seguramente tiene a alguien...
—¿A quién, Sophie? —investigó cruzándose de piernas—. ¿A quien? —se encogió de hombros—. Kev Ryer no tiene a nadie que no sea su familia. No tiene esposa, tuvo alguna vez un hijo que murió al nacer. No tiene a nadie —comentó—, pero empieza a tenerte a ti y temo que tu pienses igual.
—Hemos hablado por dos horas y por ¿8 días? ¿Y ya crees que estoy enamorada? —él sonrió irónico.
—He visto personas verse por menos tiempo y convertirse en parejas felizmente casadas.
—¿Es real esto? —El hombre bufó negando. Se cruzó de brazos observando la fragilidad de aquella chica, contemplando sus dudas y más allá de ello, dudando de sí misma. Había lanzado una granada en su suelo y Sophie no había sabido actuar.
—No insistiré —absolvió—, pero deberías pensarlo, Sophie. Tienes un camino por delante y él también, no lo dudo. ¿Realmente solo deseas ser su amiga?
Sí. Se había respondido, "sí y mil veces sí".
Con los ojos puestos en su figura frente al espejo, Sophie comenzaba a hiperventilar. Pensaba en las palabras del hombre repitiéndolas como si intentase memorizarlas. Según ella y su hermana, además de un selecto grupo de mujeres que la rodeaban, el atuendo era el adecuado.
Sophie salió de la habitación encontrándose con Nicolas frente a ella. Si quería dejarla allí parada y vestida no lo lograría, si intentaba detenerla tampoco lo haría. Ella haría lo que deseaba y en ese momento era ir al encuentro que había acordado con Ryer. Nicolas extendió su brazo para ella lo tomase.
—No he cambiado de opinión, pero tampoco pretendo dejarte ir sola —resolvió. La chica asintió agradecida.
Treinta minutos. Solo treinta minutos y la joven llegaría al lugar, ensancharía sus labios dándole una pizca de calidez humana. Sus manos sudaban y el constante golpeteo del talón de su zapato contra el suelo comenzaba a poner nervioso a Gus. Lo entendía, Kev había pasado media mañana en ir y venir entre sets y locaciones, memorizando diálogos que creía haber memorizado y recordando los ojos de la joven cuando veía el marochino entre sus dedos. La sensación lo teletrasnportaba, se veía en una nube, en otro mundo, un cuento quizá, pero siempre volvía al mismo lugar cuando alguien llamaba insistentemente.
Cuando la silueta de Sophie salió del vehículo, Gus se sintió más tranquilo. No era él, el de las emociones encontradas mucho menos quien impaciente aguardaba en el asiento trasero, pero ansiaba tanto o mas que Kev ver a la chica.
Quince minutos antes de lo acordado.
Kev negó culpándose de sus propios miedos. Tontos, inconstantes y pocos productivos cuando la razón de su alteración llegaba siempre antes de lo acordado. Bajó del vehículo encontrándose frente a frente con la chica. Nada elegante, solo lo suficiente como para quitar el poco oxigeno en el espacio alrededor de Kev. Dio grandes zancadas hasta verse al lado de ella extendiendo su mano y sintiendo los fríos dedos de la joven sobre su palma.
—¿Lista?
—¿Y tu? —Su mirada se iluminó.
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Un café por amor
Cerita PendekA veces nos encontramos con todo tipo de personas con las cuales no volveremos a vernos. Otras veces tendremos la dicha de volver a conversar con ellos, pero son contados los momentos en que conoces a una persona especial. Sophie Red es el seudónimo...