Estaba feliz, el señor Namjoon le había dicho que, si iba a terminar de contarle la historia de María, cuando terminara de contarle esa historia se la contaría a su hermano.
El atajo por el cual lo había enviado el señor, era un poco confuso, pero no se complicó encontrar la entrada del campamento, había llegado minutos antes de la cena, ya todos estaban en sus casas, así que él se dirigió a la suya.
—Taetae ya llegué— se quitó su velo y su capa dejándolas sobre una pequeña silla. —¿Tae, donde estás? — No recibió respuesta y se preocupó un poco.
Busco en la que era su habitación y en la pequeña sala, pero no había nadie, supuso que solo estaría en un lugar, con Hoseok, salió de su casa y tal como pensó a lo lejos, vio al castañito sentando en el suelo con su cuaderno de dibujos en la mano y sus pinturas a su lado en el suelo.
Se acercó despacio, miro sobre el hombro del castaño y sonrió ante la obra que había hecho, cada día mejoraba más. —Te quedo muy lindo Tae— él nombrado dio un brinco.
—No me asustes así, casi me da algo.
—Lo siento, pero con lo del dibujo, cada día mejoras más— Dejo un beso en su cabeza.
—La matriarca te estaba buscando, se veía molesta. — Seokjin suspiro y se sentó a su lado.
—Tuve unos cuantos problemas haya arriba, pero mejor dime, ¿Cómo hiciste para que Hoseok posara para ti?
—Solo le dije que lo hiciera y que, si la pintura salía bien, seria suya.
—Eres un gran negociador, ahora dime donde está, tengo que hablar con él.
Taehyung apunto al interior de la carpa y siguió haciéndole retoques a la pintura, aún no era lo suficientemente perfecta.
Tenían que hablar acerca de la comida, pronto tendría que subir a comprar más, por eso salía todos los días a ganar algunas monedas, todo lo ganado era destinado a la comida para el campamento.
—Hoseok, tenemos que hablar de la reserva de comida— Se sentó en una silla. —No tengo todo el día Seok, tengo que ir a preparar la cena.
—Sabes que mi mamá te está buscando, ¿verdad? — Dijo el pelinegro.
—Si ya lo sé, Taehyung me lo dijo, y más te vale no decirle que estuve aquí o yo mismo hago que te dé un mal de estómago.
Hoseok negó sentándose frente al de tez pálida. —Bien, ¿Cuánto hiciste hoy? — Jin le dio lo ganado hoy, las contó y suspiro. —No es mucho, pero nos puede ayudar en algo— dejo las monedas en un tarro lleno de las mismas y volteo a verlo serio. —Esto no es lo que normalmente ganas ¿Te vieron?
Odiaba que Hoseok lo conociera tan bien, solo se limitó a asentir, el mayor suspiro. —¿Te siguieron? — Negó. —¿Entonces? ¿Qué hiciste?
—Me escondí en la catedral.
—¿Te vio alguien? — Iba a negar, pero no pudo. —Seokjin dime la verdad.
—Un tal sacerdote, llamado Kim Namjoon.
Hoseok dejó caer su cabeza golpeando su frente con la mesa. —Por la madre luna Seokjin.
—No, él no nos va a delatar.
Hoseok alzo su cabeza rápidamente, su expresión era de asombro y miedo puro. —¿No nos va a delatar? ¿Qué quieres decir? ¿Él sabe que vivimos aquí? — El pelinegro solamente agacho su mirada y no dijo nada, eso era una respuesta suficiente. —Por amor a la luna, Seokjin le dijiste que vivimos justo abajo de él, nos pueden venir a aniquilar.
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Ojos de Luna [KNJ & KSJ]
Teen FictionEn la bella Francia del Siglo XVIII, el recién nombrado sacerdote Kim Namjoon, no espero que su vida diera un gran cambio al escuchar aquella hipnótica voz o viera aquellos bellos ojos de luna de los cuales se enamoró perdidamente. "Señor Dios mío...