Capítulo 39

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--" Que le dijiste que guapo...?"-- preguntó Carolina mientras comenzaba hacer sus ejercicios matutinos para recuperar la movilidad de su cuerpo.

--" Lo se y en verdad lo lamento por ella,pero me rehusó a volver a sufrir de nuevo"-- dijo ayudándole con sus ejercicios.

--" Fer lamento mucho la que te paso con aquella mala mujer,pero no es justo que te niegues una nueva oportunidad al amor"-- dijo Caro mientras se veía al espejo viendo las pequeñas cicatrices que su bonito rostro tenían.

Los moretones de su rostro estaban despareciendo,menos los rasguños de su cara. Le preocupaban las cicatrices que podría tener en un futuro.

--" En verdad crees que deba darme una nueva oportunidad...?"-- preguntó Fernando viendo como la que consideraba su hermana se veía los pequeños rasguños de su cara.

--" Y todavía me lo preguntas bobo,dime algo ella te gusta...?"-- preguntó aún viéndose en el espejo.

--" Si"-- dijo recordando el sabor de sus labios en su boca.

--"Pues que esperas para pedirle que sea tu novia,sería muy tonto de tu parte si la dejas ir"-- dijo

--" Y si en la otra vida que no recuerda este enamorada de alguien más y se olvida de mi?"-- preguntó recordando aquello que lo hacía atormentarse.

--" Bueno en ese caso,ella sería una tonta si dejara ir a un hombre como tú"-- dijo escaneando una y otra vez su rostro.

--" Eres el prospecto ideal de cualquier mujer,guapo,con buenos sentimientos"--- dijo Caro volteandose a ver a su inseparable amigo.

--" Date una nueva oportunidad. Yo sé que tienes miedo y es normal después de todo lo que viviste pero también tienes derecho a rehacer tu vida. Tienes derecho a ser feliz y que mejor partido que Lu que se ve que es una buena chica "-- dijo acariciando la mejilla de su amigo.

--" Y si cuando recupera la memoria se olvida de mi..."-- dijo temiendo aquella posibilidad.

--" Porque no dejas que el tiempo decida tu futuro,quizá te estés adelantando a los hechos. Por lo pronto date esa oportunidad y si no funciona pues almenos lo intentaste"-- dijo abrazándolo con fuerza.

--" No quiero volver a sufrir"-- dijo una vez más.

--" No lo harás,tan solo confía"--

Ambos amigos se fundieron en un cálido abrazo. Abrazo que fue interrumpido cuando Caro se separó abruptamente de el.

--" Que pasa...?"-- preguntó desconcertado.

--" Tu crees que conserve alguna cicatriz...?"-- preguntó miedosa.

--" Oh vamos Caro,desaparecerán con el tiempo. Y si no lo hacen pues hoy en día existen las cirujias estéticas"-- dijo sugiriendole la posibilidad.

--" Eres un tarado,piensas que mi belleza se arruinó...?"-- preguntó desesperada.

--" No dramatices niña,estas más bonita de lo que recuerdo"--

--" Lo dices solo porque eres mi amigo"--

--" Y también se apreciar la belleza femenina así que,tú estás perfecta y lo seguirás estando aún con o sin cicatrices que dudo tengas"--

El dolor de cabeza iba en aumento,las punzadas en las sienes eran insoportables. Quien era aquel hombre y porque le había causado un mar de sensaciones.

Fue en busca del potecito de pastillas que Fernando le había recetado para sus dolores de cabeza,se llevo uno a la boca rogando que almenos calmara el dolor que amenazaba con volverla loca.

Se colocó la pastilla debajo de la lengua mientras bebió una generosa cantidad de agua para luego quedarse profundamente dormida.

Despertó minutos después con una leve mejoría,el ruido insistente de alguien tocando la puerta la saco del letargo a la que estaba sumergida.

Estaba decidido,iba a darse una nueva oportunidad. Fue a la dulceria más cercana en busca de sus chicles favoritos para pedirle a su persona favorita que sanará las heridas de su lastimado corazón.

Lo más lógico era que comprará un enorme ramo de rosas como cualquier hombre lo hacía pero quería hacer algo diferente de los demás.

De camino al hotel vio en los mostradores de las tiendas un hermoso pollito de peluche que estaba seguro que le iba a encantar,habían osos y demás animales de felpa pero por alguna extraña razón le gustó el pollito.

Y allí estaba Romeo,parado detrás de la puerta de su Julieta esperando a que ella le abriera la puerta para poder hablar y entregarle su corazón.

Se olvidó completamente del dolor cuando vio quien llamaba a la puerta,estaba renuente en abrir o no pero finalmente se decidió por lo primero.

Sus miradas se volvieron una sola,los nervios los tenían a flor de piel cuando estuvieron frente a frente.

El fue el primero en animarse a hablar antes de que la cobardía se apoderará de él y terminará por marcharse.

Se acercó a ella plantandole un dulce beso en la comisura de los labios,beso que provocó en ella un sinfín de reacciones en ambos.

--" Hola..."-- dijo después de separar sus labios de los de ella.

Las mariposas en su estómago comenzaron a revolotear ante la imponente presencia de aquel hombre frente a ella.

--" Hola "-- dijo nerviosa luego de un par de minutos después de haberse repuesto del beso.

--" Me invitas a pasar...?"-- preguntó.

--" Claro..."-- balbuceo.

Ambos entraron a la habitación,luego de que Fernando había cerrado la puerta.

Los nervios los tenía a flor de piel,estaba sola con aquel hombre.

--" Te traje esto,espero que te guste"-- dijo entregándole el paquete de chicles y el animal de felpa que había comprado para ella.

Sus infaltables chicles,se derritió de amor cuando vio el gesto que aquel hombre tuvo con ella.

--" Gracias"-- dijo recibiendo los regalos.

--" Vine para que hablemos..."-- dijo Fernando luego de unos minutos.

La Paciente Desconocida ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora