|Capítulo 8|

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Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo; hará brillar tu justicia como la luz, y tu derecho como el sol del mediodía.

–Salmo 37:5-6–

Déjale tu vida a Dios.

   Muy temprano por la mañana, Emmanuel se dispuso a hacer sus oraciones matutinas para empezar un nuevo día.

   Los pájaros, como de costumbre, llegaban todas las mañanas a la ventana para picotearla, logrando que Emmanuel se levantara. Por alguna extraña razón los pájaros lo hacían; pero eso ayudaba a Emmanuel para que temprano por la mañana se levantara.

   Tomando una taza de café, después de haber pasado unas horas, Emmanuel leía la Biblia sentado en el frente de la casa para así sentir el aire fresco de la montaña.

   Tantos pasajes bíblicos hicieron que el chico se sorprendiera, no solo de las promesas que Dios tiene para su pueblo, sino también de lo maravilloso que resulta ser con sus hijos obedientes.

   Librar de algunas maldades a muchos personajes era una las cosas que siempre solía hacer, y todo por mostrar su apoyo hacia ellos para que supieran que él no los abandonaba.

   El libro de Salmos se ha convertido en el favorito de Emmanuel durante su periodo en las montañas, ya que llega a conseguirse versículos que hablan acerca de lo maravilloso que es Dios y de cómo es tan justo con la humanidad.

   Entre uno de muchos versículos se llegó a topar con el Salmo 37:5-6: Pon tu camino en las manos de Señor; confía en él, y él se encargará de todo; hará brillar tu justicia como la luz, y tú derecho como el sol del mediodía.

   Habiendo leído ese versículo, Emmanuel bebió un poco de café y luego miró al cielo para poder contemplar las nubes que se dejaban visualizar en las alturas. Una sonrisa se le dibujó en su rostro, recordando además lo brillante que es el sol y de como el versículo menciona la forma en cómo nuestra justicia brillará como la luz y nuestro derecho justamente como el sol del mediodía.

   Dejar que Dios obre en nuestras vidas permitirá que podamos brillar con rectitud y justicia, seremos bien reflejados ante todos como personas que viven en manos del Todopoderoso. Él es el que se encarga de todo si nosotros dejamos que él actué en nuestra vida, obviamente en medio de esa disposición debemos de mantener la confianza hacia él.

   Una vida en manos del mejor alfarero siempre queda perfecciona y correcta, sólo hace falta confiar que así se hará.

   Dejar que Dios actúe en nosotros como personas implica mucha confianza y seguridad, ya que no cualquiera se deja moldear por aquél que todo lo sabe.

   ¿Quién más que Dios para que guíe nuestros pasos?

   ¿Quién más que Dios para tenerle confianza?

   Sólo él es justo, sólo él es grande. Él es Soberano.

   Emmanuel estaba entiendo cada una de estas cosas, y ciertamente coincidía en que nuestro camino debe de estar colocado en las manos de Dios. Sabemos que es él quien lo sabe todo, y bien sabrá qué es lo que nos deparará la vida, porque él se encargará de nuestros pasos.

   Una brisa fuerte logró mover muchas ramas de los árboles, indicando de esa forma que pronto llegaría la lluvia. Emmanuel cerró sus ojos y respiró profundo para sentir el viento sobre su cuerpo, pero una inesperada hoja seca de un árbol hizo que se desconcentrara para luego arrugar sus cejas y quitar la hoja de su boca.

Ojos abiertos [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora