Enamórame otra vez » n.g.(Segunda temporada de Enamorado de la apuesta)

Capítulo 13. Motorcycle race P/3

Maratón 4/4

Llevábamos vario tiempo esperando y nada.

-Ya pasó demasiado tiempo, Machael.-me quejé.

-Lo sé.-llevó sus manos a su cara.-¿Qué vamos a hacer?

Su celular sonó y él rápidamente contestó, poníendolo en altavoz.

*Llamada telefónica*

-Maxwell, ¿Por qué tardan tanto?-se quejó Sam.-¿Las chicas están bien?

-¡Sam! Sí, todo está bien, es sólo que _____ quería ir a dar un paseo más extenso.-rascó su nuca intentando escucharse relajado.

-Está bien, pero cuídense, es la 1:20 de la mañana.-le advirtió.

-Sí, Sam, tú tranquilo. Oye, ¿puedes pasarme a Sam?-le preguntó. Vaya, parece que Wilk ayudará.

-Seguro.-le dijo y le llamó a Sammy.-¿Qué pasa, Donjuán?

-Sam, ¿estás en altavoz?-le cuestionó.

-Ehr...nope, ¿por qué?-preguntó extrañado.

-¡Sam, tienes que ayudarme!-dejó salir su verdadero sentir.

-¿Por qué? ¿Qué pasa?-se exaltó.

-Como ya sabías...Kya compitió en lo que fue su última carrera y...hubo un problema y aún no llega.-le informó. Bien hecho, Maxwell.

-¿Con quién se quedó?-interrogó.

-Con...Jean...Sean...Dean...Phill...¡Finn Harries!-recordó. Con todo este problema ni sabía su propio nombre.

-Ah, ¡no te preocupes! Finn hará todo lo que sea por protegerla, hasta daría su vida. Quédate tranquilo.-rió aliviado.

-Eso no me alivió en nada, Wilkinson.-respondió seco.-Bien, gracias por eso, Sam. Esperaré a Finnegan y a Kya. Te llamo después.-colgó.

*Fin de la llamada telefónica*

-¡Allí!-señalé la lejana luz de una motocicleta que se acercaba hacia nosotros.

-Escóndete, podría ser uno de esos tipos que llegaron a la carrera.-dijo y nos escondimos detrás de una enorme piedra. Pero no era nadie más que Zac.

-¡O'Neal!-exclamó Mac saliendo del escondite.

-Maxwell. ¿Está Kya con ustedes?-miró detrás de él.

-No, la estamos esperando.-informó.-Se quedó en el lugar.

-¿Por qué la dejaste ahí? ¿Qué no la amas, eh?-se acercó a él.

-¿Y por qué no te quedaste tú? ¿Qué no eres su novio?-contraatacó.

-No soy el más indicado para explicártelo.-se sentó con nosotros.-¿Se quedó sola?

-No, se quedó con Harries.-se tiró a nuestro lado.

-¿Jack o Finn?-le cuestionó. ¿Había dos? Oh, sí, el causante del quiebre.

-Finnegan.-lanzó una piedra al camino.

-¿Finn Harries, eh?-preguntó relajado.

-Sí, él.-asintió.

-Ah, no hay de que preocupase. Finn la traerá así sea lo último que haga.-se recostó en el pasto.

-¿Por qué todos lo dicen?-exclamó con celos.

-Porque debe ser vedad.-le respondí con obviedad.-Sólo espero que dé la vida en el momento correcto.-me aferré a mis piernas.

Y ahora me pregunto, si Nash no me hubiera lastimado, ¿qué sería de mí? Primero, para no lastimarme hubiera tenido que no hablarme, o sea, nunca conocerle. Por lo cual no conocerle implica no conocerle a él, a Matt y Sash, Cam y Mariana, Carter y Paula, Taylor y Thalía, Sammy, Sam, Kian, Mac, Kya, Finn, Zac. A Aaron y a Grace sí los conocería y a Jacob, Andrea y Leire posiblemente, pero, ¿todos hubieran logrado ser pareja? Viéndolo desde ese punto, Nash y yo somos la estaca que une a todas esas cuerdas. Si no lo hubiera conocido posiblemente nadie sería pareja de nadie. No habría venido a Los Ángeles ni conocido a Sammy, Kian, Mac, a los hermanos Pottorff, Mac y a todos ellos.