Capítulo 25

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Al llegar a casa no fueron necesarias las palabras, dejaron que sus cuerpos se comunicaran a besos y caricias, fueron dejando rastro de la pasión que los consumía por toda la sala, cuando llegaron a la habitación de Mayte y fueron conscientes de sus acciones se dieron cuenta de las prendas que habían perdido, Manuel sonrió al ver aquel brillo en sus ojos que tanto amaba y acarició su clavícula con su dedo índice, bajó sus dedos por su pecho y se detuvo en medio de sus senos, siguió con sus caricias por encima del bonito encaje y Mayte suspiró ante la suave presión en su zona más sensible.

Manuel: Había extrañado tanto tu piel -Susurró mientras imitaba la acción de sus dedos con sus labios.

Mayte: Y yo tus caricias -Jadeó.

Manuel: Ya no me quiero separar de ti -Dijo mientras tomaba su rostro entre sus manos y la miraba a los ojos.

Mayte: Ya no vamos a separarnos -Le prometió mientras acariciaba su pecho.

Volvieron a unir sus labios y mientras quitaban algunas prendas que todavía les estorbaban caminaron hasta llegar al borde de la cama, el cuerpo de Manuel estaba cubierto solamente por su bóxer y el de Mayte por sus bragas pues él se había deshecho de su sostén hace apenas unos segundos.

Manuel: Voy a demostrarte cuanto te extrañé -Dijo mientras besaba el inicio de sus senos.

Mayte: Estoy impaciente -Susurró mientras se sujetaba de sus hombros.

Lentamente se recostaron en la cama y con sumo cuidado Manuel se posicionó encima de ella, besó sus labios, bajó por su mentón y se detuvo al llegar a su cuello, las manos de Mayte se paseaban por todas su espalda y él siguió bajando sus besos, se detuvo en sus senos y Mayte soltó un fuerte gemido cuando sintió sus labios sobre ellos, bajó por su estómago hasta llegar a su vientre y se detuvo para sacar la última prenda que cubría su cuerpo.

Manuel: Eres mi paisaje favorito -Dijo mientras sacaba la prenda de su cuerpo. Me encantas, Mayte Lascurain -Susurró mientras besaba sus piernas.

Mayte: Me vuelves completamente loca, Manuel Mijares -Susurró al encontrarse con su mirada.

Al ver el deseo reflejado en sus preciosos ojos Manuel decidió seguir disfrutando de ella, se abrió un espacio entre sus piernas y Mayte apretó las sábanas cuando sintió sus labios acariciar sus muslos, un fuerte gemido se escapó de sus labios cuando lo sintió en su intimidad y llevó sus manos a su cabello para tirar de el con fuerza, Manuel se dedicó a disfrutar de ella por largos minutos, Mayte sentía que su cuerpo estaba al borde del placer y él lo supo al sentir como movía sus caderas hacia él, deslizó uno de sus dedos en su interior para que le ayudara a su lengua a hacerla tocar el cielo y segundos después Mayte se dejó arrastrar por un maravilloso orgasmo que la dejó con la respiración desestabilizada y la mente nublada, no fue consciente de cuánto tiempo estuvo con los ojos cerrados, todavía sentía los temblores en su cuerpo y su respiración era pesada, Manuel aprovechó para deshacerse de la prisión que era su bóxer y cuando estuvo desnudo subió hasta su boca dejando un camino de besos húmedos por su cuerpo, ella volvió a la realidad cuando sintió sus aliento muy cerca de ella y abrió los ojos para encontrarse con la mirada de un hombre completamente perdido por ella, por su cuerpo, por sus deseos y por su pasión.

Manuel: Bienvenida a casa, amor -Susurró sobre sus labios.

Mayte: Ha sido una buena bienvenida -Sonrió. Pero creo que todavía falta lo mejor -Dijo mientras acariciaba su espalda y se movía contra él.

Manuel: Esta noche no vamos a dormir -Dijo mientras acariciaba sus caderas y se acomodaba en su entrada.

Mayte: No tengo nada de sueño -Jadeó al sentirlo.

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