Capítulo 14

767 62 59
                                    

Muchas gracias a todos por leer, por dejarme estrellitas, corazoncitos y kudos, pero muy especialmente a quienes me dejan comentarios y reviews en las diferentes plataformas. Se los agradezco de todo corazón. Es muy lindo poder interactuar con ustedes.

Por otro lado, me hace muy feliz la intriga que se ha instalado con el capítulo anterior jaja. Todo esto es algo que ha estado planeado desde hace tiempo y nada me emociona más que ver/saber sus reacciones.

Gracias a quienes preguntaron por mi salud. Estoy mucho, mucho mejor.

Este capítulo de fin de año va dedicado con todo mi corazón para mi Partner in Crime. Literalmente sin ella no estaría aquí escribiendo y además es una pieza fundamental para el proceso de escritura. Así es que, Autumnevil5, un año más en esto...

No me queda más que esperar que el capítulo les guste y desearles que pasen un muy feliz Año Nuevo.

___________________________________________________

—Di algo —presionó Regina al ver que David no reaccionaba. Parecía estar aturdido por lo que acababa de decirle.

—Es que no... —empezó a titubear al no querer creer en ello. No era porque desconfiara de la reina y pensara que mentía. Era que le espantaba pensar que era real. Que las hadas quisieran a su bebé para algo, que todo ese tiempo habían estado siendo utilizados por Azul—. Es que eso es demasiado para las hadas, ¿no? —preguntó asustado.

Regina apretó los labios y las manos en puños negando con la cabeza.

—Llámala ahora mismo —demandó.

—Dudo que venga. Sabes que la he estado llamando estos últimos días y me ignora —resopló pasando una mano por su cabello para luego tallarse el rostro.

—Oh, créeme que vendrá —aseguró la reina—. Porque esta vez la necesitas de verdad —dijo con frialdad.

David fue testigo de la fugaz tristeza que se asomó en los ojos castaños. Fue un instante que logró hacer que su corazón se apretara pues no pudo evitar imaginársela de pequeña, rogando por la ayuda de estos mágicos seres que jamás dudaron en ir en su auxilio, al de Snow o de cualquier aliado del Reino Blanco.

Asintió pues haría todo lo humanamente posible para que Regina pudiera estar tranquila y en paz. Además, le angustiaba pensar que Azul estuviera tramando algo con su pedacito bello.

Avanzó hasta quedar al frente del enorme balcón de la habitación y llamó al hada.

—¡Azul! —Aguardó, mirando a la amplia vista que el balcón les brindaba en espera de ver alguna señal del hada.

No tardaron en divisar una diminuta luz azul que se acercaba hacia ellos. David retrocedió un poco y Regina avanzó hasta que quedaron a la par en medio de la habitación. La luz entró por el balcón dejando una estela de magia en pequeñas chispas que fue incrementando hasta que la forma de Azul estuvo frente a ellos.

—Majestades —saludó con un respetuoso gesto de la cabeza.

—Dime ahora mismo lo que tramas o juro que encontraré la forma de ¡arrancarte el corazón y aplastarlo! —Regina avanzó amenazante hacia el hada, pero fue detenida por David.

La tomó del brazo izquierdo con la mano derecha y la otra la usó para sostenerla por el único lugar que era posible sin lastimarla: entre los senos y la pancita.

La sorpresa fue perfectamente visible en el rostro del hada Suprema. Tal parecía que sabía a lo que la reina se refería.

—Estamos seguros que el embarazo de Regina tiene mucho que ver contigo y con que me mandaras a traerla a caballo. —Le habló con tono de voz que denotaba advertencia. Cada vez más convencido.

A New BeginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora