Capítulo 21

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Gracias a todos por leer, especialmente a los que me han dejado comentarios y reviews, y también a quienes han dejado estrellitas, kudos y likes. Me hace saber que hay quienes siguen la historia y están interesados en ella jeje.

Lamento la larga espera. Hay situaciones fuera de mis manos que en estos momentos no me permiten avanzar en las historias como normalmente lo hago. Sepan que ninguna de las historias activas quedará sin su respectivo final. No importa que me tarde una eternidad jaja.

Espero que el capítulo les guste y creo que es importante decir que estamos ya cerca del final de este fic.

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La conmoción dejó a Regina paralizada. Era casi como si el frío le calara los huesos sin permitirle el movimiento. Había gritos, sollozos, palabras de desespero y angustia, pero ella parecía no estar presente o al menos, no se sentía ahí. Su mente en blanco, nublada por el aturdimiento, como si todo hubiese sido borrado y no existiera nada más que el vacío sin fin que la invitaba hacia la conocida oscuridad. Esa de donde era casi imposible salir.

El trance terminó tan pronto como asimiló lo que Snow decía con torpeza entre llantos:

—Era mi verdadero amor —se soltó a llorar con un dolor tan profundo que le llegaba hasta al alma, dándole la sensación de ser algo insoportable, reafirmando el pensamiento de que sería imposible vivir así.

—¿Quién lo hizo? —demandó Regina con brusquedad. El sufrimiento de Snow no la conmovía. La historia entre ellas y la urgencia por encontrar a su esposo e hija la mantenía impasible. No se podía quebrar.

—El Oscuro —respondió Snow con atropello al no ser capaz de controlar el llanto que la sacudía con violencia.

La Reina, al confirmar sus sospechas, no esperó más. Desapareció en una nube de magia, alcanzando a escuchar que Granny la llamaba angustiada.

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Apareció a las puertas del Castillo del Oscuro. Fueron años bajo la tutela de ese diablillo que le permitieron conocerlo tan bien que sabía era ese el lugar donde la esperaba. Oh, porque desde luego que debía estarla esperando. Usó magia para abrir y entró, dispuesta a todo con tal de recuperar a su esposo e hija.

—¿Dónde están? —preguntó tan pronto como llegó al salón principal donde se encontraba Rumpelstiltskin, como siempre, en una rueca, convirtiendo la paja en oro.

—Hola, querida —saludó con un dejo de burla, confiado en que tenía el control de la situación.

—¡No te estoy pidiendo una estúpida charla! ¡Devuélveme a mi hija y a David! —exigió furiosa.

Invocó una bola de fuego que le arrojó sin miramiento. El Oscuro desapareció justo antes de ser impactado.

La ira recorría cada parte del cuerpo de Regina que miraba incesantemente a su alrededor en espera de una nueva oportunidad para atacar con otra bola de fuego en la mano. La arrojó tan pronto como Rumpelstiltskin hizo su no tan sorpresiva aparición. Era algo que la Reina esperaba que sucediera.

Un par de veces más de ese juego el Oscuro contraatacó, intentando frenar a Regina que atacaba sin tregua. Jamás la había visto tan firme, decidida y agresiva, ni siquiera cuando aceptó aprender magia oscura de su mano. Había algo nuevo y diferente en ella contra lo que no podía luchar, y sabía perfectamente lo que era: Amor. Y no uno cualquiera, sino amor verdadero.

Siseó de dolor al ser alcanzado por la magia de Regina y apenas en ese momento se dio cuenta de lo distraído que estuvo debido a sus pensamientos. Sostuvo su brazo intentando mitigar el agudo dolor.

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