Capítulo 7

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Muchas gracias a todos por sus likes, kudos, estrellitas y muy especialmente a los que me dejaron review o comentarios. En serio que me hacen el día jeje.

No diré mucho, nada más espero que el capítulo les guste.

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Sí, eso había sonado muy lindo, hasta podría decir que se escuchaba íntimo, como si se tratara de la complicidad entre dos amantes que ocultan su amor por el bien de los dos, pero lo cierto era que David no dijo nada porque no quería que su final feliz se arruinara, no porque en verdad quisiera algo bueno para ella. Así que le soltó de la camisa y dio un paso hacia atrás empujándolo un poco con sus manos para que la soltara y separarse de él.

Se miraron a los ojos. Sí, fue reconfortante estar entre los brazos de David, pero no era tonta, no se iba a dejar engañar ni a depositar su confianza en uno de los héroes, mucho menos cuando querían quitarle a su bebé

- Quiero estar sola - dijo con voz apagada, tratando de no dejar que ninguna otra emoción se apoderara de ella porque en ese momento sentía resentimiento contra él y no entendía por qué, pero tampoco quería pensar en eso. Quería estar sola y ya

- No me apartes - pidió al verla tan afligida y a pesar de que Regina era todo menos una mujer débil, en ese momento a él le parecía tan vulnerable y frágil que sentía unas ganas inmensas por consolarla y hasta protegerla

- Sólo vete y déjame en paz - solicitó lo más firme que pudo mientras que por dentro se estaba reprimiendo para no llorar de nuevo. Tenía que aguantar.

David asintió dándose por vencido y se abstuvo de pedirle que hiciera un esfuerzo por comer. Estaba aprendiendo a elegir batallas con ella y sabía que lo mejor en ese momento era hacer lo que pedía. Giró sobre sus talones y se encaminó a la puerta por la cual salió cerrando con cuidado.

En cuanto se vio sola Regina rompió en llanto con las emociones a flor de piel. Caminó hasta la cama donde se recostó para dejar que los sentimientos salieran mientras rogaba porque Maléfica accediera a ayudarla y también, intentaba convencerse a sí misma de que ese cúmulo de emociones descontroladas se debían únicamente al embarazo.

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Después de ese día Regina se negó a recibir a David en su habitación por un par de semanas, sólo lo veía en el salón de asuntos reales donde no trataban nada que no fueran las diligencias que iban muy bien hasta ese momento.

La realidad era que la reina estaba impaciente porque no tenía noticias de Graham y mucho menos de Maléfica, aunque sabía que la Fortaleza Prohibida estaba muy lejos del Reino Blanco y que esa era la razón principal por la cual el cazador aun no regresaba.

Cerró los ojos e inhaló profundo mientras dejaba que los cálidos rayos de sol bañaran su piel que comenzaba a tornarse un poco más pálida de lo normal porque no salía al jardín todo el tiempo. Hizo nota mental de hacerlo seguido. Escuchó a algunos pájaros cantar y abrió los ojos de golpe. Hasta esas pequeñas criaturas con alas eran aliados de Snow. Ninguno de ellos llevaría un mensaje de ella y en definitiva los cuervos no llegaban hasta allí.

No era tonta, sabía bien que Azul controlaba cualquier forma de contacto que ella pudiera tener con el exterior y a decir verdad, le parecía algo extraño que Graham pudiera ir y venir sin problema al Castillo Oscuro. Fue por eso que lo envió primero hasta allá y como tuvo éxito decidió enviarlo con Maléfica. Sólo esperaba que el cazador fuera una pieza que se le escapó al hada y no que lo estuviera controlando también. Aunque, se suponía que las hadas no podían hacer nada malo. Torció los ojos ante ese pensamiento porque ella podía decir lo contrario

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