Capítulo 3

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Pues como lo dije, la inspiración anda rondando así que aquí les traigo la actualización de esta historia.

Mil gracias a todos por leer, por los comentarios, likes, kudos y estrellitas. Se los agradezco de todo corazón.

Recuerden que vamos un tanto lento pero seguro con en esta trama jajaja.

Espero que les guste y puedan perdonar cualquier error.

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David llegó a la celda justo cuando Maléfica desapareció sólo para ver con disgusto y horror a la reina tendida en el suelo

- ¡¿Pero qué carajos están haciendo?! - corrió al lado de Regina y tomó entre sus manos el bello rostro que estaba contraído en una mueca de dolor constatando además la presencia de lágrimas y se veía un tanto pálida

- Es un hechizo. La hemos dejado sin magia - respondió Azul con neutralidad

- No es una maldición de dormir, ¿cierto? - preguntó horrorizado ante la idea de que su bebé jamás nacería porque era obvio que la reina no tenía amor verdadero y por ende, nunca despertaría

- No, es únicamente para quitarle la magia - aclaró el hada Suprema y lo vio levantar a Regina en brazos con extrema facilidad

- La pudieron lastimar. A ella y al bebé - le dijo molesto, pero en los azules ojos se podía ver lo furioso que estaba

- Esa no era la intención. Los dos están bien - explicó el hada, pero David le dio la espalda y avanzó saliendo de la celda.

Bajó las escaleras sabiendo perfectamente que Azul venía tras él. La escuchó repetir que tanto Regina como su bebé estaban bien, pero estaba demasiado molesto como para tranquilizarse tan pronto.

Al pie de la escalera, se encontró con una no muy contenta Reina Snow

- Tú lo sabías, ¿cierto? - le preguntó a su esposa con recelo, pasando por un lado de ella

- Yo se lo pedí a Azul - respondió orgullosa y altiva. El hada se paró junto a ella.

El Rey se relamió los labios con furia haciendo un esfuerzo por entender a Snow

- A partir de este momento todo lo que tenga que ver con Regina lo decidiré yo - habló autoritario

- Sí, Majestad - respondió Azul al instante, como la fiel servidora del Reino Blanco que era

- ¿Cómo? - preguntó la Reina. Eso era lo único que le faltaba, que su marido, aparte de haberse follando a su enemiga y embarazarla, estuviera estableciendo que él se haría cargo de la misma

- Mientras lleve a mi hijo en el vientre, las decisiones sobre ella las tomo yo - volvió a decretar y no espero por respuesta.

Se dio la vuelta y comenzó a alejarse rumbo a la habitación que sabía era la designada para Regina.

Snow trató de ir tras él, pero el hada la detuvo

- Todo estará bien. Confía - pidió Azul convencida de sus propias palabras, aunque sabía bien que la ex princesa no lo creía.

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Entró a la lujosa, amplia y elegante habitación que se veía acogedora y eso le gustó. Tenía, además de la cómoda cama, vestidor, tocador, un balcón que daba al mar y un pequeño comedor.

La recostó con cuidado en la cama y tomó una manta para cubrirla hasta la cintura

- ¿Cuándo va a despertar? - preguntó molesto en cuanto sintió la presencia de Azul en la alcoba y luego volteó a verla

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