Capítulo 6

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Mil gracias a todos por los comentarios, los likes, kudos y estrellitas.

Espero el capítulo les guste y puedan perdonar cualquier error...

Por cierto, a la persona que me ha estado preguntando si voy a continuar este fic: Sí, lo haré hasta que la historia tenga su respectivo final así que no te preocupes por eso. Digamos que la historia apenas está tomando vuelo jeje. Nos falta camino, pero estamos en ello.

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A la mañana siguiente David y Regina estuvieron nuevamente reunidos en la habitación de ella. Ese día el Rey decidió llevar desayuno para él también a fin de que la convivencia a esa hora del día se sintiera un poco más natural. O al menos eso era lo que esperaba.

La reina le recibió y esta vez lo estaba esperando ya sentada en la mesa. Fue algo que sorprendió a David por un lado, pero por otro no fue tanto de su agrado puesto que de esa forma no le era posible apreciar el vientre de Regina y ver si le había crecido un poco más, y aparte, tampoco le era posible verla de cuerpo entero.

Ese día ella llevaba un vestido negro con elegantes aplicaciones en la orilla del cuello y las largas mangas que al final ern un poco anchas. El cabello lo llevaba recogido en un moño alto y el maquillaje volvía a ser natural y sutil haciéndola ver bellísima e irresistible al punto de vista de David.

Lo primero que Regina hizo cuando él dejó todo sobre la mesa fue tomar una manzana que se le antojo a horrores en cuanto la divisó. Fue algo que no pudo controlar. Era una necesidad urgente por saborear la fruta. La mordió y fue incapaz de mantener los ojos abiertos al degustar

- Te gustan las manzanas - murmuró entusiasmado ante la idea de conocer aunque fuese un pequeño gusto de la reina.

Una imagen clara de su erótico sueño cruzó su mente. El justo instante en que él le afirmó que le gustaba grande. Aunque claro, una manzana y su miembro eran dos cosas muy distintas, pero al final le gustaban a la reina. Y en ese momento cayó en cuenta que no era nada extraño que a Regina le gustaran tanto las manzanas precisamente.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la bella reina asintiendo y dejando escapar un pequeño gemido gustoso que David juraba sintió en su entrepierna. Se aclaró la garganta causando algo de ruido y se dispuso a comer mientras era torturado por esos bellos y sensuales sonidos que la reina emitía al degustar la manzana. Relamió sus labios y prefirió empezar a hablar a fin de distraerse en algo más

- La diligencia estu... - comenzó a decir, con toda la intención de compartirle la experiencia, pero la reina le interrumpió

- Preferiría que eso lo tratáramos en el salón de asuntos reales - expuso dejando la manzana. Tomó el tenedor y fijó su mirada en él.

David alzó ambas cejas al escucharla y asintió con lentitud

- Como tú digas - concedió impresionado por la ¿orden o petición?, no estaba seguro. Solo sabía que estaba dispuesto a hacer lo que ella pidiera con tal de que le dejara acompañarla.

Regina hizo su mejor esfuerzo por disimular la sonrisa que brotó en sus labios ante la respuesta. Le gustaba y mucho la disposición que el Rey mostraba por complacerla. Era, en cierta forma, como si le estuviera dando algo de poder y control en esa dinámica absurda en la claramente ella estaba en desventaja y que no estaba segura hasta dónde les llevaría. Lo único de lo que no dudaba es que no renunciaría a su bebé, pero ese, era un tema que no quería tocar. Al menos no todavía.

David se llenó de una extraña sensación de esperanza al verla tratando de disimular una sonrisa porque le parecía un indicio de que las cosas entre ellos podían ir bien

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