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Las clases mataban a nuestro adorable protagonista. Veía el reloj y las ganas de mover aquellos palitos que daban a los números no le faltaban. Sunghoon no aparecía por ningún lado y eso le ponía los pelos de punta, además de crear un conflicto en su mente.

Si bien, Yang Jungwon amaba a Park Sunghoon desde que lo vio pasar por la puerta donde tomaba su clase favorita, cabello azabache que podría jurar que brillaba más que el mismo sol, una voz y una sonrisa que dejaban como tonto a cualquiera que tuviera la dicha de mirarla.

"Park Sunghoon lucía como un buen partido, una obra de arte digna de admirar"

No es por exagerar pero Jungwon imaginaba a Sunghoon como en todas aquellas películas de adolescentes universitarios, dónde el chico popular y lindo se enamora del chico como él.

Pero para su mala fortuna eso solo pasaba en las películas que él veía, aunque no estaba tan alejado de la cruel realidad: El chico nerd siempre era humillado por alguien como Sunghoon. Yang Jungwon lo amaba por más estúpido que fuera para él, por más que se maldijera en sus adentros y también se preocupara como en estos momentos y en estos últimos días.

Miraba impaciente al reloj mientras movía nervioso su pierna.

-¿Podrías dejar de moverte? Me distraes- Mencionaba un molesto Sunoo

- Perdón- Murmuró Jungwon por lo bajo para que el profesor no los escuchara.

- Puedo casi estar seguro porque estás así, y si estoy en lo cierto te sugiero que vayas a arreglar tu preocupación cuando esta clase termine.

Suspiró asintiendo viendo cómo Sunoo musitaba por lo bajo aquello sin despegar su vista de enfrente. En su mirada podía ver algo que despertaba su curiosidad y dejaba atrás el orgullo por aquellas cosas que Park le dijo y le hizo sentir. Sunoo sabía algo que él no sabía.

Y no descansaría hasta saber que era. Aún si eso implica mucho más que solo curiosidad o incluso lo lastimara al final de todo.

Aún si implicaba volver a adorar a la persona por la cual prometió jamás volver a sentir nada.

Las palabras de Sunoo resonaban en su cabeza mientras caminaba apresurado entre los pasillos de la universidad

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Las palabras de Sunoo resonaban en su cabeza mientras caminaba apresurado entre los pasillos de la universidad.

Correr no era una opción ya que sus manos estaban llenas de sus libros y unos cuantos de Sunghoon, el peso de ambas mochilas no le era de mucha ayuda, pero el nudo de sentimientos extraños que sentía lo hicieron correr como por arte de magia.

El ruido en los pasillos iba desapareciendo poco a poco conforme la mayoría de los alumnos salían de aquel infierno llamado universidad y junto a ellos, las ganas de salir corriendo de Jungwon. Pero nada lo detendría o eso era lo que él creía.

-¡Fíjate por dónde caminas pedazo de...

Unos ojos oscuros se apoderaron de su mirada, pero esta vez aquellos sentimientos que sintió la primera vez que tuvo la dicha de verlos fueron sustituidos por el pánico, ya que de aquella nariz que para él era la más perfecta salía un líquido espeso y de un rojo muy oscuro que manchaba la camisa azul de Sunghoon.

"¿Eso era sangre?"

Cuando Jungwon reaccionó vio como Sunghoon caminaba rápido con su cabeza agachada, lo que hizo que sus pequeñas piernas hicieran un esfuerzo de otro mundo para poder detenerlo en la puerta de la universidad. A la mierda el pasado y el orgullo.

- Detente y déjame ayudarte. Debemos detener la hemorragia- La forma tan seria en la que Jungwon lo dijo podría hacer pensar a cualquiera que estaba tranquilo o ayudaba por mero compromiso, pero estaba realmente asustado, preocupado y alterado.
Park Sunghoon no lucía como un chico que tuviera miedo, pero en aquellos ojos negros y brillantes se notaba a kilómetros el miedo y eso no le gustaba.

- No he pedido tu ayuda, jamás pediría ayuda de alguien como tú.

¿No podía dejar de ser un maldito pesado ni aunque su vida estuviera en peligro?

- No la has pedido, pero estás derramando sangre como si fuera agua y no estás calmando el flujo de forma correcta, así que irás conmigo a algún sitio.

Con la poca fuerza que tenía tomó su brazo sentandolo para poder ponerse justo delante de él. Sunghoon no era tan alto, pero su altura era la suficiente para que Jungwon tuviera que mirar hacia arriba.

Con cuidado tomó la cabeza del azabache de tal forma que la sangre paraba de a pocos, colocando el pedazo de tela que Sunghoon llevaba en su barbilla para secar y tratar de quitar la sangre que había quedado ahí.

Bajó la vista a su camisa viendo cómo la gran mancha roja amenazaba con secarse. Sabía varias cosas de la vida de Sunghoon así que estaba seguro que aquella gran mancha nadie iba a poder lavarla.

- Quítate esa camisa, puedes usar mi sudadera- Serio comenzó a quitarse su sudadera celeste mientras apretaba sus ojos.

- ¿Eh? Yo no usaré eso, la estupidez es contagiosa y en tu ropa debe estar impregnada.

- Tómala antes de que me arrepienta y de tu nariz vuelva a salir sangre, y no necesariamente será por una hemorragia nasal natural.

Después de varios minutos de silencio incómodo Sunghoon decidió colocarse aquella sudadera impregnada de un olor realmente dulce, percatándose de que tenía varias manchitas de algo rojo que estaba seguro no era su sangre.

Jungwon lo miraba serio aunque en sus ojos podía ver la misma preocupación que él tenía.

Estaba concentrado mirándolo ya que jamás lo había hecho. Tenía unos ojos realmente bonitos que hacían gran juego con su cabello, su piel blanca como la leche y aquellos hoyuelos que se formaban sobre sus mejillas al hablar... ¿Qué estaba pensando? Antes de poderse negar a sus pensamientos otra cosa lo dejó totalmente perplejo.

- Vamos a casa.

- Vamos a casa

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Gracias por leer🌼

Adore You♡ | Sungwon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora