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El camino al centro de salud fue incómodo para Jungwon en todo momento. Podría jurar que sabía que cosas le gustaban a Sunghoon debido a todos los meses que pasó investigandolo para así poder llamar su atención y lograr que viera lo mejor de él, no solamente los defectos que siempre le echaba en cara, aquellos que le habían dolido hasta el alma y habían terminado de matar todas aquellas esperanzas que quizás más adelante lo mantendrían confundido de nuevo.

Sunghoon por su parte solo se encargaba de mirar por la ventana, demasiado ocupado en sus pensamientos como para recriminarle a Jungwon el porqué lo había traído con él. Tenía miedo, mucho miedo de lo que pudiera pasarle. No tenía a nadie con quien contar si algo malo le pasaba, sus amigos apenas podían cuidarse solos porque eran unos completos imbéciles, las chicas con las que desperdiciaba cada una de sus noches enredado en las sábanas de las camas de estas jamás se preocuparían por él.

Sunghoon estaba solo, extrañaba a su madre y el resentimiento por haberlo dejado seguía ahí. Necesitaba de alguien para poder contarle que le pasa, como se sentía y cuánto amor le tenía...

Necesitaba de alguien...

Bajaron juntos del taxi dónde iban y el olor a alcohol característico de un centro médico inundó sus fosas nasales.

Las paredes y el piso de mosaicos era de un blanco impecable al igual que el color de las grandes luces que habían, combinación muy mala para los ojos de Jungwon.
Ambos caminaban a una distancia considerable el uno del otro, mirando cada quien las cosas que llamaban su atención.

- Disculpe ¿Podría decirme que debo hacer para que revisen a alguien?

Jungwon se paró frente a una recepcionista llena de muebles blancos con cosas metálicas, aliviado de que esa sección ya tuviera secciones azules que ayudaban a sus ojos, además de ciertas plantas que le daban un toque sofisticado.

- Puede esperar ahí, solo tomaré los datos de la persona que está enferma.

Jungwon se giró a Sunghoon haciendo un ademán para que se acercara a la recepcionista la cual esperaba con una pequeña sonrisa.

-A-ah Park Sunghoon, 21 años...

La recepcionista unos cuantos años mayor a ellos tecleó en su computador los datos de Sunghoon dedicándoles nuevamente una sonrisa que transmitía tranquilidad.

- Pueden esperar sentados en las sillas de allá. El doctor Choi les llamará en algunos minutos.

Jungwon agradeció con una sonrisa en sus labios tomando asiento en la silla frente a Sunghoon, el cual movía sus pies muy rápido viendo las pequeñas gotas de sangre que no lograron limpiar de ellos.

El tiempo se había detenido para ambos aunque muchas personas salieran de distintas puertas y caminarán frente a ellos, algunas llorando, otras con sonrisas en sus rostros, llenas de carpetas y papeles, todo hasta que ambos volvieron en sí debido a una voz que llamaba a Sunghoon.

- Park Sunghoon, pase por favor.

- Park Sunghoon, pase por favor

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Adore You♡ | Sungwon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora