2. Decepciones

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Observo los autos y a las personas transitar por la ciudad, todo mundo va por allí sumergido en sus asuntos, problemas y preocupaciones.

La vida no es color de rosa y obviamente por alguna razón siempre hay un algo que inquieta y no te deja vivir con plenitud.

"A pesar de las tormentas siempre debes sonreir Sunshine".

Esa era la particular frase de mi abuelo cada vez que me afligía por cualquier mínima cosa. Al principio no captaba con claridad sus consejos sin sentido. ¿Porque debemos fingir felicidad?.

Siempre me lo pregunté hasta ese día en el que mi abuelo fue diagnosticado. Recuerdo que tomo su sentencia de muerte con una gran sonrisa mientras yo a su lado lloraba. Creí que la noticia tal vez lo había llevado al borde de la locura, Pero luego entendí su propósito.

"Si irradiamos felicidad, ese sentimiento puede ser transmitido y hacer un bien para el que está triste y afligido".

Sunshine no podemos solucionar las cosas llorando y echándonos a morir. Hay que aprovechar el tiempo al máximo y disfrutar de lo que nos queda juntos.

Así era mi abuelo. Un ser de luz que siempre tomó las cosas con buen humor, he hizo feliz a otros hasta su último momento.

— Hoba, lamento si te incomodó el haberte sacado a rastras de tu casa— Mi amigo Yoongi está al volante con su vista clavada en la carretera..

— No hay problema.

¿Vas a seguir haciéndome la ley del hielo?— Me pregunta.

— Min... No se de qué hablas.

— ¡Hay ya Hoseok!. No te hagas, desde  hace muchísimo estás deprimido.— Refunfuña. — Entiendo que ya han pasado dos meses y para ti sea igual.

— Pero si fuiste tú quien me saco de casa y no me dejó pasar mi duelo en paz.

Yoongi me mira un segundo.

— Tenía que hacer algo para sacarte de esa depresión. — Indica regresando su vista a la carretera. — Tu abuelo no era así Hoba, el odiaba la tristeza, sobretodo si esa venía de tí, y estoy seguro que no le hubiese gustado verte así.

— Mi abuelo me hizo feliz hasta su último día.— Comento con un nudo en la garganta.— recuerdo que Jugamos ajedrez, conversamos y luego me pidió golosinas.

— El no quería que estuvieses allí en ese momento de partir — Yoongi detiene el auto y toma una bocanada de aire en lo que se desactivan los seguros. — Pensemos en otra. Ya llegamos

Bajamos del auto los dos al mismo tiempo, y mi vista se enfoca directamente en u  edificio de quince pisos.

El antiguo almacén de enlatados que propiedad mi abuelo fue lo único que obtuve de herencia. Los Jung solían tener propiedades que rentaban a otras empresas. Tal es el caso del edificio frente a mí. Constaba de quince pisos y un almacén, hace mucho no se ocupaba porque la antigua compañía mudó la marca a Busan y desde ese entonces el abuelo no quiso ponerlo en renta.

Mi mayor sorpresa fue mi nombramiento en la propiedad el día de la lectura del testamento. El resto de las propiedades por ley pasan a nombre de mi hermana mayor.

— Si le dedicamos unos días estará listo y como nuevo.— Comenta Yoongi a mi lado.— Solo necesita un cariñito porque no está tan descuidado, ¿Que piensas hacer?.

— Mi abuelo quería que fuese alguien exitoso como él. — Confieso mirando el edificio. — El día que murió me dijo que era hora de legalizar mi marca personal, también me dijo que saliera del anonimato.

Half MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora