33. Extrañar.

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—Bam, quietito.




Ordené al canino de apenas seis meses. Es un doberman, con la mayoría de su pelaje marrón oscuro y suave.

Me he encariñado un mucho con él a pesar de que Jungkook es su dueño.

Sujeté fuertemente la correa del perrito que nervioso y con la lengua afuera veía hacia todos partes. Supongo que hay sitios que no son de su agrado

De repente las cortinas color rosa frente a nosotros se movieron por la brisa provocándole nuevos ladridos a Bam.

— Calla a esa vestía.— Hyo lanza una revista de modas bruscamente sobre la mesa de cristal dónde hay una bandeja con dos tazas de té y galletas.



Obviamente no estoy en una terapia de superación con el grupo de brujas amargadas de Hyo y mi hermana, al contrario, la muy bruja junto a mi papá me tienen totalmente controlado, a tal punto de obligarme con amenazas a venir a la boutique de vestidos de novias para la segunda prueba de Jisoo.





— Relájate Hyo. Él no ha hecho nada.




— ¿Relájarme?— Me vé con desprecio — ¿Quieres que me relaje cuando traes a un perro mugroso al taller de vestidos?. ¡¿Ni siquiera te has casado y ya irrespetas a Jisoo?!. ¿Como quieres que me calme?.



Volteo a ver a otra parte para no desatar la otra vestía interior de Hyo si nota como me estoy aguantando las ganas de reír por su estúpido reclamo cargado de cinismo.

Bam sigue ladrando y me enderezo en el momento que Jisoo aparece con la modista luciendo un vestido blanco con estilo princesa. La veo subir el pequeño muro de quince centímetros con la ayuda de su madre.

La chica más que incómoda se ve decaída, ni hablar de mí. Estas últimas semanas ambos hemos sido obligados a innumerables sesiones de fotos para la boda, más las visitas a los salones, entrevistas con los chefs etc.

Gracias a todo eso no supe más de Haneul, salvo qué posiblemente se hay ido a Yeoui-dong. Su amiga la enana razones de sobra tiene para no darme aunque sea la más mínima información de que Hany esté bien y eso de alguna manera me frustra porque a pesar de que me comporté como un imbécil cobarde me sigo muriendo cada maldito segundo por no tenerla conmigo y por no arriesgar las cosas por ella.



— ¡Hoseok!.




Rodé los ojos cuando la asquerosa voz de mi madrastra me saca de mis pensamientos.

Bam tira de la correa empezando a ponerse más inquieto que antes.



— Que.




— Te hemos preguntado Que te parece el vestido de Jisoo.




Me abstuve de no encoger los hombros para no ser más grosero de lo que ya he Sido últimamente. Suficiente con haber traído a Bam para provocarles tanto a la madre de Jisoo cómo a mi madrastra un mal rato.




— Se ve bien.





Jisoo cruza sus brazos totalmente desinteresada de mi opinión. Ella no se ve nada mal con el vestido pero simplemente eso no provoca ninguna emoción en mí, Si se hubiese tratado de Haneul hasta yo mismo le diseño el vestido y el traje tradicional.

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