Hoseok; Alegre y de vibra envidiable. Por donde quiera que pasa irradia Luz y deja a todos paralizados con su porte y actitud.
Un muchacho comprensivo y dispuesto siempre a ayudar y hacer justicia.
Kim Haneul; Es sencilla y misteriosa como la luna...
Me quedo embelesada viendo la cantidad exagerada de flores decorando toda mi oficina. Un Sobre reposa sobre mi escritorio con la frase; ParaKim.
Lo tomo y guardo antes de que llegue el primer chismoso y lo note.
En un abrir y cerrar de ojos han pasado tres meses. Para empezar Hoseok y yo estamos de aniversario de novios. Ha Sido un tiempo muy bonito a su lado, hemos salido y compartido mucho tiempo juntos conociendo muchas cosas del otro.
Es increíble que a su lado me sienta bien aunque a veces exagere con sus detalles, como hoy por ejemplo.
Le pedí por el bien de ambos seguir manteniendo nuestra relación en secreto, y creo que lo hemos estado ocultando muy bien hasta el sol de hoy.
- Vaya vaya, y luego dicen que no es una perrita - Joshua aparece dejando unos documentos sobre mi escritorio.- Flores, chocolates - Señala y ruedo los ojos.- ¿Con quien de los jefes te estás acostando?.
- No es tu asunto - Lo miro seriamente- ¿Terminaste?. Te recuerdo que esta no es tu oficina .
- Lamentablemente me mandaron a entregarte los reportes del mes.
- Okay , adiós - Señalo hacia el ascensor.
Por cosas mi oficina prácticamente estaba al aire libre, es decir, que desde mi puesto puedo ver los cubículos del resto del secretariado para evaluarlos. Hoseok me había propuesto cambiarlo y así darme un poco más de privacidad, y ahora que lo pienso no está mal la idea. Ultimamente Joshua anda metiendo sus narices dónde no lo han llamado, aunque por suerte el chico no dice nada y se va contorneando sus caderas como el tipo raro que es.
Recojo mis implementos de trabajo -( Agenda y tablet)- y me dirijo a la oficina de mi novio-jefe.
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Cierro la persiana y corro a esconderme detrás de la puerta a esperar que Kim ingrese
- Buenos días señor ya es... - Pegó un respingo cuando la tomé de la cintura acorralándola contra la puerta.
Mi desesperación me hace atacar sus labios sin previo aviso. Al principio sentí el cuerpo de Kim rígido pero poco a poco se va relajando.
Nos separamos por falta de aire.
- ¡Estas loco! - Con un ligero sonrojo Kim observa las persianas - Nos pudieron haber visto.
- Necesitaba un buen saludo de buenos días. No Ese típico "señor buenos días" que me estaba aburriendo.
Kim niega entre risas por los besos que dejo sobre sus mejillas.
- Yah, basta señor, no te aproveches.
Rodé los ojos cuando intento abrazarla de la cintura y ella me aleja de un empujón.
