5.Pleitos

17 2 28
                                    

Hoseok.

Definitivamente lo que pintaba ser un buen día no ha terminado para nada bien, y cómo de costumbre me tocó solo hacerme cargo de mi negocio. Eso sumado a todo el trabajo que le corresponde a Joshua.

De pronto una llamada de mi madre fue la cereza del pastel para finalizar mi agetreado y estresante día.

— Mamá.— Anuncio después de cerrar la puerta de la casa— ¡Ya llegué mamá!.

Crucé toda la sala directo a la habitación de mi madre, y cuando estoy por girar el pomo de la puerta alguien lo hace por mí.

Jungkook... Pensé que te habías ido.

— No quería dejar a su mamá sola— Responde cerrando la puerta con cuidado .— Ya está dormida, tuve que darle un masaje para que bajara un poco la hinchazón.

Cierro los ojos y tomo aire .

—¿Que fue lo que pasó?.

— Se cayó en la cocina porque a según estaba algo húmedo— Sigo a Jungkook hasta el sofá de la sala donde está su mochila. La toma colgandola sobre su hombro.— Yo no estoy muy convencido porque no ví humedad y...

— ¿Que?— Inquiero.— Kook si sabes algo por favor dímelo

El chico lo piensa un segundo y no me cabe la menor duda que sabe algo y mi mamá le rogó para que no me contara.

— Estaba llorando Hyung, pero si le soy honesto su llanto no era precisamente por dolor— Responde.— Debo irme, se me hace tarde.

Asiento y lo acompaño hasta la puerta.

Jungkook es un chico que conocí hace mucho tiempo por mi abuelo cuando en algún momento fue socio de su padre, Jeon Kyunsoo, algunas veces el chico y yo coincidimos en algunas reuniones. Kook es un gran muchacho, y decidí ser su amigo después de verlo solitario con el pasar de los años.

Hoy en día digamos que para el chico soy un hermano mayor, y ambos nos debemos mucho. Finalmente después de despedir regreso a la habitación de mi madre. Cómo me lo imaginé esta profundamente dormida, entonces mi mente comienza a hacerse muchas preguntas, pero la respuesta es obvia

Los único responsables de los problemas de mi madre somos papá y yo




Haneul.

— No soy la más experta en estas cosas, pero creo que esto te ayudará a no pescar un resfriado. — Seongji deja una taza humeante sobre la mesa.

La tomo entre mis manos y doy un sorbo percibiendo un ligero sabor a limón y miel.

— Está muy rico— Le digo.— Gracias Gigi.

— No me des las gracias, son doscientos dólares.

Me ahogo un poco por no aguantarme una carcajada. Seongji se sienta del otro lado de la mesa y toma su celular. Inmediatamente inicia el sonido de un vídeo juego.

Llegué muy tarde a casa después del día desastroso que viví en el trabajo, lo peor fue que me tocó regresar caminando porque salí cinco minutos después del paso del último autobús. Al menos la extraña muchacha de mantenimiento me prestó su abrigo, y eso me ayudó mucho. Mañana se lo devolveré completamente limpio.

Afortunadamente ya teníamos luz en la casa, así qué tomé un baño tibio para relajarme y pensar en lo que haré al día siguiente. No le había caído para nada bien a Joshua, y no puedo hacer mucho porque es mi superior aunque sea menor que yo.

— Deja de pensar mujer, todos tenemos un mal día alguna vez en la vida— Comenta Seongji sin quitar la vista a la pantalla de su celular.

Suspiro agotada. No solamente tuve un mal día sino que prometen ser muchos malos días en esa oficina.

Half MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora