28 .Miedo

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Después de mi proposición todo se volvió incómodo y decepcionante. Lo admito, no pude evitar sentirme molesto porque Kim al principio haya tomado la propuesta de casarnos como una mala broma, pero luego de que le dije que hablaba enserio pusiera diez mil peros y un "No estoy segura" todo se fue al caño.

En pocas palabras para mi eso fué un "No"

Después de esa silenciosa respuesta no pude ser el mismo con ella.

Me siento molesto, tanto, que ninguno de los dos tomó su desayuno, sino que cada quién se arregló por su cuenta y cuando iba camino a llevar a Haneul a su departamento para que se cambiara de ropa nos tocó desviarnos porque Seongji alias " paraulata" estaba en apuros.

Y así fué. La niña justamente iba huyendo del instituto universitario cuando ingresé al estacionamiento. Haneul estuvo un rato hablando con ella en lo que yo disimulaba mi molestia he inseguridad con el teléfono. Al final de cuentas los tres decidimos no bajarnos del auto.

Analizaba un poco la situación que involucra a la mamá de Seongji. Es decir, una mujer que se mezcle en temas de política en estos momentos no es muy acertado, en primer lugar porque tendría que vivir vigilada tanto ella como su familia veinticuatro siete, pues en Corea los ideales, [por así decirlo] es que la mujer deba estar en casa cuidando del matrimonio y de los hijos y no metiéndose en temas que a según son de hombres.

En un momento en el que el tema de comprometerme con Kim salió a flote Seongji me hizo el mismo comentario que me hizo Haneul cuándo le propuse matrimonio. "¿No es muy pronto para casarse?".

Y al igual como se le respondí a Haneul lo volvi a repetir. "Nunca había estado tan seguro de algo como casarme".

Ya es tiempo de hacer mi vida y de formar un hogar seguro y estable.

—¿Quieres que te llevemos a casa?— Escuché a Haneul preguntarle a la chica mientras yo me hecho un vistazo en el espejo retrovisor.

La enana emitió un ruido de negación.






— ¿A dónde te llevamos entonces pequeña paraulata?— Inquiero.







—Antes de decirte el lugar donde quiero que me lleves voy a pedirte un pequeño favor que se que me agradecerás, cabeza de palomita de maíz




Observo a Seongji a través del espejo retrovisor comenzando a entusiasmarme.





— Soy todo oídos.








— Crees que esta máquina te lleve a Busan Hoy mismo?. De modo que puedas regresar.— Pregunta.




Haneul voltea a verme a la espera de mi respuesta.





— Obvio que no iré a Busan yo. — La aclara en vista de la expresión de su amiga. — ¿Puedes o no?.





— Mi Mustang puede ir a china si se lo propones. — Presiono la bocina para presumir.





— Okay, ¿Y el anillo?.





— ¿Que anillo? — Parpadeo un par de veces hasta que caigo en cuenta. — ¡ SI! ¡LO TENGO AQUÍ GUARDADO!.— Palmeo mi bolsillo para asegurarme.


Luego de un debate conduje por cinco minutos hasta la dirección que Seongji me dió. Es una casa más o menos grande, lo que quiere decir que la enana viene de buen estatus social, no tanto como mi familia, pero se defiende.


La chica me pasa mi celular con una dirección grabada en el GPS y baja del auto.


Haneul  llama una vez la enana tira de la puerta de mi auto con fuerzas para torturarme.

Half MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora