Capítulo 67: "La primera cita de Flor y Fede"

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"¡Roberta!" gritaron Flor y Federico en cuanto oyeron los gritos de Greta, y corrieron inmediatamente hacia afuera....; Los dos con el corazón en la garganta y el aliento para la carrera improvisa alcanzaron a Greta en el jardín.
"¿Dónde está Roberta? ¿Qué le ha pasado?" dijeron Flor y Federico, muy preocupados y angustiados.
"¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí!" dijo la nena, agitada mientras un hombre con la cara cubierta, y poco más alto que ella, la sostenía de los brazos sin dejarla ir.
Así que Federico, convencido de que así el hombre la iba a quitar, arrancò una rama robusta del árbol de Flor y se acercó a los dos.
Flor observaba la escena un poco confusa y desconfiada....; No entendía cómo podía ser que tanto Greta como Roberta estuvieran tan tranquilas, como si no fuera grave lo que estaba sucediendo delante de sus ojos.
Justo cuando Federico iba a arrojar la rama sobre el hombre, éste dejó a Roberta y se descubrió la cara gritando:
"Federico ¿qué haces? ¡Detente!"
"¡Federico para!" gritó Flor, que había entendido todo....

¡La escena a la que estaban presenciando no era un secuestro, pero era sólo Martin jugando con Greta y Roberta a los policías y ladrones! Como lo hacían siempre.....
En cuanto Federico se enteró de que todo era un juego, una broma....Lanzó el ramo al suelo y se enfadó muchísimos:
"¿Es posible que tengáis que hacer siempre estas estúpidas bromas?
¿Como si no sabias de todas las preocupaciones y miedos con los que Flor y yo tenemos que vivir cada día?" comenzó a regañarlos el Freezer.
"¡Pero Federico sólo estábamos jugando y ahora que Delfina está encerrada en esa prisión no tienes nada de temer!" dijo Martin con su habitual aire de filósofo y intelectual, mientras que Roberta inmediatamente pidió disculpas a los dos.
Ni Martin ni Roberta podrían haber sabido que el cómplice de Delfina estaba libre y dispuesto a vengarla...
Flor sin pensarlo dos veces perdonó a los dos muchachos y, dándole un beso cada uno, los envió arriba a ponerse el pijama y no perdió tiempo para reprender al Freezer porque había sido demasiado severo con sus hermanos.
"¡Pero Don Freezer! ¿Se puede saber porque está así tan severo? ¡Son solo chicos!"
"¿Qué debo hacer si cada día que pasa son cada vez más indomables?" dijo Federico tirandose sobre la silla del árbol de Flor.
"¡Amarlos más!" dijo Flor, sentándose arriba de su amado y acariciándole el pelo.

Para nuestros dos enamorados había sido un día muy largo, parecía imposible encontrar al cómplice de Delfina..; ¡Era como buscar una aguja en un pajar! Pero a pesar de todo,  la pista del general parecía más que verdadera aunque se había echo demasiado tarde por ir a denunciarlo.
Así que Federico y Flor, después de haber acunado y hecho dormir a las trizillas, todavía un poco asustados por la broma de los chicos, se fueron a dormir abrazados el uno al otro para consolarse.
Pero si para ellos la noche fue magnífica y tierna, para otros no fue precisamente así...

"¡Cállate estupido!" gritaron furiosas Malala y Delfina contra el pobre Bonilla, que se agotó contra los barrotes de la celda

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"¡Cállate estupido!" gritaron furiosas Malala y Delfina contra el pobre Bonilla, que se agotó contra los barrotes de la celda.
Tanto Malala como Bonilla, poco después de la detención de Delfina  fueron enviados a la prisión de máxima seguridad en Japón, donde Federico y el Conde habían enviado a la bruja.
"¡Hemos estado aquí por semanas, y vos  y esa escoria que tienes como cómplice nos habéis todavía sacado!" comenzó a gritar Malala, mientras Bonilla intentaba detenerla en sus brazos para que no pudiera arrojar a su hija.
Desde que estuvieron en esa prisión, su relación era cada vez más peor, porque Malala quería salir a todos costos y Delfina no hacía nada para escapar.

Y ASÍ SERÁ- Flor y Fede el final que se meritabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora