"¡Eres una maldita víbora venenosa!" seguía gritando Maximo, mientras el hombre misterioso lo alejó de Delfina, que aún tosía aturdida por la fuerte y violenta agrecion del Conde.
De hecho, Máximo en cuanto la encontró saltó inmediatamente sobre el cuello de la mujer y trató de estrangularla, pero por suerte o, mala suerte, el hombre misterioso lo agarró por la espalda y lo sujetó contra la pared.
"¿Qué te pasa imbécil?" le dijo el hombre misterioso, dejando entrever por su rostro siempre cubierto, por la bufanda y el enorme cabello, sus ojos negros al igual que todo lo que llevaba puesto.
El cómplice tan misterioso se escondía incluso de Maximo, que las únicas veces que lo había visto estaba siempre cubierto por sus habituales prendas; ¡La única que conocía su verdadero rostro y sus verdaderas intenciones era la malvada Delfina!
"¡Le pasa que sentir todo ese amor por aquella estúpida sierva, lo hace más estúpido y imbecil que ella!" dijo Delfina alterada, por lo que ella también había sentido y probablemente seguía probando por el Conde, aunque no sabía qué....y no quería admitirlo a sí misma....
Aunque Maximo por ahora era el único, además de Lorenzo su marido, que había despertado algo en su alma, aquella noche de baile en la embajada....
"¡Devuélvele a las niñas Delfina! ¿Qué quieres hacer? ¡Son solo niñas indefensas!" le continuaba a gritar él, cada vez más alternado y todavía apretado contra la pared por el cómplice de la bruja.
"¿Pero qué creías?? ¿Que al liberarme no haría hacho sufrir a esa maldita cardo como primera cosa?" dijo Delfina riendo al acercarse a Maximo, que le gritaba de tomar él y dejar libre a las niñas, todavía asustadas desde la mujer siempre llorando desesperadamente excepto Margarita, que siempre estaba tan tranquila y serena cerca de la bruja....¡Era como si esa niña no viera la maldad de esa mujer!
"¡Secuestrar a las niñas no era parte de nuestro plan Bruja!" dijo Maximo tratando de liberarse de los poderosos brazos del hombre misterioso, al que volvió a sangrar el corte en la cara que se había hecho unos minutos antes con la navaja.
"¡Deja que las devuelva a su familia! ¡Por favor! ¡Ella no tienen nada que ver con la lucha entre vos y Flor!"
"¡Lo que hago y haré lo decido solo yo! Querido Conde...." le dijo Delfina riendo y acercándose para molestarlo a Máximo que fue librado por el hombre misterioso, que se fue a desinfectar la herida.
"¡Basta! ¡Basta se acabó el juego! ¡Cancela todo! ¡Olvida lo que te dije o lo que hice!" le dijo Maximo, acercándose a las cunas de las niñas y manteniendo la mujer lejana.
"Ah.... ¿Por qué haces así ahora?
¡No me digas que te arrepientes de haberme sacado de esa horrible prisión en Japón a la que me enviaste en primer lugar vos!" dijo Delfina, acercándose a los hombros de Maximo, como para seducirlo, y susurrando al oído todas las cosas horribles que pensaba sobre Flor...;
"¡La verdad es que mi hermana es solo una estúpida sirvienta que cree en cosas rediculas como el amor y la el perdono!
¡Y es de verdad una pena que ahora sus haditas no puedan hacer nada para salvar a sus hijas! ¿Crees que me perdonará también eso?"
"¡Basta!" gritó Máximo, empujado a Delfina lejos de él y deteniéndose desde el sofá del cuarto para no matar a la mujer, que parecía más que satisfecha por lo ocurrido.
A Delfina le encantaba discutir con él, porque lo encontraba muy atractivo y muy apasionado cuando se enfadaba...; Y además cada vez se alteraba al Conde le brillaban esos hermosos ojos azules color mar, que siempre le encantaban y le hacían perder el control de sí misma.
A Delfina siempre gustó tener todo bajo control, para que nadie pudiera influenciarla o herirla.....;Pero con Maximo le resultaba todo muy difícil...
¡Cuanto más cerca le estaba y menos lúcida estaba!
Y esta cosa comenzaba a asustarla cada vez más, aún al mismo tiempo le gustaba demasiado esa sensación de perdición y mistero que sentía entre sus brazos...."¡Si te liberé fue sólo porque me dijiste que habías encontrado una manera de hacer que tu matrimonio con Federico fuera válido y que no pudiera recurrir al divorcio!
Así que él no pudiera divorciarse de vos y casarse con Flor..." dijo Maximo, mientras Delfina se tumbó en el sofá y empezó a reírse.
"¡Pero sus hijas no! ¡No deberías haberte permitido hacerles daño!" comenzó a gritar Maximo, que por la ira comenzó a destruir todo lo que encuentre en la habitación; antes de que el misterioso cómplice de la bruja interviniera y lo inmovilizara de nuevo....
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Y ASÍ SERÁ- Flor y Fede el final que se meritaban
FanficEL CUENTO NUNCA TERMINA! Una segunda oportunidad para el Freezer y Flor!