En la casa de Frizenwalden era todo oscuro y triste, Flor y Federico en un solo día habían recibido las llamadas más duras de todas sus vidas.... La primera llamada los informaba del peligro inminente al que los expondría esa noche Delfina y el otro le quitaron el único motivo de alegría en ese maldito día...
Federico pasó toda la tarde viendo todos sus juegos de cuando era pequeño, pensando en lo mucho que le gustaría dárselos a su hijo un día.... "¿Te acuerdas de eso Greta? Mi madre solía traerme estas bolas de nieve cuando salía de un viaje..." "¡Ja Ja!" le respondió la Alemana. "Me hubiera gustado mucho darle una al bebé cuando naciera..." dijo el Freezer con un hilo de voz, tirando de su nariz para contener las lágrimas. "¡Er Federica no me se ponga así, como a un gato a quien han cortado la legua! ¡De bolas de nieve pueden tener que dar a los próximos hijos!" trató de consolarlo Greta. "Lo sé, pero nunca será el mismo..... ¡yo estaba tan feliz que ilusioné también a Flor! ¡Dios mío! Nunca me lo perdonaré....." El pobre principito lo había creído, ya hacía algunas semanas que lo sospechaba pero no quería decírselo a Flor para no ilusionarla y se sentía incluso un poco culpable, porque sabía cuánto sufría Flor por esta sufriendo por eso fasul embrazo.... De echo la pobre Flor estaba bajo su árbol que lloraba y decía a sus haditas: "¡¿Qué tristeza! ¡Qué decepción! ¡Pero cómo pude creer que podía estar embarazada?! ¡Soy la misma ilusa de siempre!" Flor se secó las lágrimas y continuó: "¿Por qué no me arriendo a la idea de que para mí la felicidad no existe?" La chica estaba más desconsolada que nunca, se sentía un fracaso no sabía qué hacer..... que pensar. "Ni siquiera pude darle un bebé a mi Freezer....¡pobrecito se había ilusionado así tanto! " Nuestros dos enamorados estaban pasando por un momento difícil, pero por otra parte la vida de pareja no siempre puede ser rosa y flores. La fuerza del verdadero amor no está en no sufrir nunca, sino en superar todas las adversidades permaneciendo fieles a sí mismos y sus sentimientos.
(Edit mío)
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Flor había estado sola en el jardín con su nuez apretada entre sus manos, cuando de repente sintió como una brisa de aire fresco atravesarle el alma. "¿Qué pasa? ¿Quién va allí?" preguntó la mujer levantándose de golpe del columpio de su árbol. "Mamá, ¿eres vos? ¿Qué significa eso?" Flor apretaba fuerte a si su nuez, todavía sentía el olor de Margaritas envolverla, no sabía si lo que había sentido era real o sólo un sueño, pero no le importaba, porque sabía que lo que había sucedido era una señal de su madre y de sus haditas para decirle que todo estaría bien.... ¿Eran sus haditas aquel soplo divino? ¿O era algo más?
"¡Flor! ¡Amor!" gritó Federico acercándose a la mujer. "¿Qué tienes? ¿Por qué tienes los ojos así brillantes?" le preguntó él acariciándole las mejillas rojas. "Lloraste ¿verdad? Tienes las mejillas muy calientes...." "Emm..... No es nada de grave... sólo estaba un poco triste por el embarazo fallido...." dijo Flor secándose las lágrimas. "¡Sí, pero estás tranquila amor! ¡Tendríamos muchas más oportunidades de tener más hijos... ¡Todos los 200 que me quieres darás!" Federico le arrancó una sonrisa. "Sí lo sé....¡Puedes estar tranquilo!" le respondió, acariciando sus mejillas y mirando el árbol de su madre, ahora sabía que ese soplo que advirtió podría ser una esperanza. "¿Me buscabas por algo en particular?" Flor le preguntó a Federico que le dijo que tenía que ir con él a reunirse con el Conde que los estaba esperando en el despacho......; Era la hora de evacuar a todos de esa casa y repasar las últimas cosas antes de poner en marcha el plan para detener a Delfina....
