"¡Pero espera! ¿Que estás diciendo? ¡Tiene que ser un error!" dijo Federico lanzando la carta por el nerviosismo.
"¡No haber ningún error! ¡Vee documentos por favor!" dijo el Chino, que se hablaba peor que Greta, entregando los documentos a Federico y Matias que inmediatamente los visitaron cuidadosamente; mientras Greta trajo de arriba a los chicos y el Conde se puso a consolar a Flor bajo la mirada atenta del Freezer ¡por supuesto!
"¡No puedo creerlo!" exclamó Federico escondiéndose la cara entre las manos.
"¡Por desgracia es todo real Alemán!" trató de consolarlo Matías dándole una palmadita en la espalda.
"¿Qué pasa Federico?" preguntaban impacientes Flor, Franco y Maia.
"Por desgracia, Delfina siempre por no haber firmado el acuerdo prenupcial, se convirtió en la propietaria de toda la casa..." comenzó a explicar con dificultad y con el corazón en la mano Matías, mientras Federico continuaba ocultando el rostro por la desesperación.
"¿Qué? ¿Cómo es posible?" preguntó Maia.
"¿Y qué? ¿Qué quiere decir eso?" dijo Franco pensando ya a lo peor.
"Delfina vendió nuestra casa anoche el señor Taiky..." dijo Matias señalando al Chino que ya estaba descargando sus cosas en el salón.
"No poseemos más ni una habitación o una puerta de esta casa...... es todo del señor Taiky y si quiere puede echarnos como está haciendo ahora..."
"¡Vete! ¡Yo debo arreglar mis cosas no hay sitio para vosotros también!" dijo el Chino desencadenando la irritación de Franco, que si no hubiera sido detenido por Federico y el Conde, lo más probable es que lo hubiera atacado.
"¡Esta es nuestra casa! ¡Nuestra casa! ¡Nadie nos echará de nuestra casa! ¿Lo entiendes?" le gritó Franco mientras Federico le decía de pararse.
"¡Federico no dices nada! ¡Este hombre nos está echando de nuestra casa y vos estás aquí con los brazos cruzados y no dices nada!"
Federico estaba como paralizado; su cabeza fue bombardeada por miles pensamientos y ansiedades: ¿Qué pasaría con él y sus hermanos sin un lugar donde vivir? ¿Qué futuro podrían tener Flor y sus hijos? Si todo esto era obra de brujas, ¿quién sabe lo que podrían hacerle si se oponía?
Federico estaba desesperado y esto fue un golpe bajo para él, pero a pesar de eso intentó igual resolver las cosas con democracia y pidió amablemente al Chino que lo acompañara en el estudio para hablar.
"¡Dios mío es todo mi culpa!" exclamó Flor retrocediendo.
"¿Qué has dicho mi amor?" le preguntó Federico, en voz baja, antes de irse al estudio con el Chino y Matias.
"¡No nada!" respondió Flor en lágrimas huyendo al jardín desde su árbol.*******
(Mi vestido azul version Karaoke)"¡Mamá es todo culpa mía!" dijo Flor balanceándose sobre el columpio de su árbol y apretando fuerte la barriga.
"¡Fui yo quien provocó la ira de Delfina mostrándole l'ecografia!......."
"Princesa...." dijo Maximo que la encontró en el jardín.
"¡No es tu culpa!"
"¡Si que lo es!" exclamó Flor enojada con si misma; Máximo se acercó y le limpió las lágrimas con un pañuelo....... casi le quería dar un beso, pero se detuvo de inmediato......;
¡La barriga de Flor siempre le recordaba que su amor no era correspondido!
"¡Nunca aprendo que Delfina es mala y nunca cambiará! ¡No me resigno al hecho de que no podemos ser una familia unida!" no paraba de decir Flor.
"¡No, pero es hermoso que lo creas Flor!" le dijo Maximo secando las lágrimas de la mujer que nunca se paraban.
"¿Y para qué sirve? ¿Para qué sirve? ¿Eh?" le dijo Flor furiosa, que ya había perdido toda las esperanzas.
Había ido a ver a Delfina con el corazón en mano para hacerle conocer a sus hijas y había sido rechazada y echada de mala manera por su hermana.
Ahora Delfina había vuelto a tocarle lo más sagrado del mundo: los chicos y el futuro de sus hijas.... ¡Esto no podía sopórtalo!
Esta vez no encontró ninguna justificación o razón válida para perdonarla; Con lo que le hizo finalmente se dio cuenta que era un monstruo....
"¡Flor! ¡Flor!" las llamaron los chicos, lográndola al jardín....
"¿Pero qué hacen con esas cadenas?" preguntaron Flor y el Conde, viendo el equipo que llevaban los chicos.
"¡Hemos decidido encadenarnos a la casa Flor!" dijo Tomás eufórico.
"¿Qué?" dijo Flor secándose las lágrimas.
"¡Para que ese Chino nunca nos eche de nuestra casa!" exclamaron los muchachos, poniendo cadenas a Flor y Maximo, y comenzando a encadenarse a los muros, a las puertas, a las sillas y a todos los muebles de la casa.
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Y ASÍ SERÁ- Flor y Fede el final que se meritaban
FanfictionEL CUENTO NUNCA TERMINA! Una segunda oportunidad para el Freezer y Flor!