Capítulo 78: "El triunfo del Amor.."

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"¡Para! ¡Fermo!....¡No por favor!"
No dejaba de repetir a duras penas Delfina, mientras el hombre la agarraba cada vez más fuerte desde el cuello.
"¿Flor tenemos que hacerlo por fuerza?" sentío decir desde lejos el hombre, tan misterioso como sin escrúpulos, después haber oído pasos que se acercaban cada vez más a él y a Delfina, que ya había perdido totalmente los sentidos desde la fatiga.
"¡Ah chicos! ¡Por favor no me hagan esto!
¡Es por una buena causa! Hacer el bien a los demás nos ayuda a ser personas mejores en la vida....." dijo Flor mientras era seguida desde los hermanos Frizenwalden y Greta, y se dirigían hacia el sótano donde encontraron a Delfina, desmayada y mucho peor desde la última vez que Flor la había vista.
"¿Delfina que te pasa? ¡Empeoraste!"
Sin saberlo, Flor había salvado la vida de su hermana porque había bajado justo en tiempo antes de que el hombre misterioso, que mientras tanto se había escondido detrás de la puerta que daba al jardín, pudiera terminar de estrangularla y así pon fin a su vida.

(Porque versione karaoke )

De hecho el hombre, todavía agitado por el miedo de que pudieran atraparlo en fragante, estaba bien acurrucado y escondido detrás de la puerta y estaba presenciando a una escena tan fuerte y maravillosa, como tan llena de amor y sinceridad que casi lo hizo emocionar incluso a él, que siempre había sido tan despiadado y calculador.
"¿Flor pero tenemos que hacerlo? ¿No hay otro remedio como las haditas?" le preguntó Tomás a Flor, que se acercó a él y Roberta, y abrazándolos le dijo:
"No, por desgracia mis haditas me dejaron sola hace mucho tiempo ya, ¡pero quizás sea mejor así!" dijo Flor repensando a cuando, después de que Federico le propusiera matrimonio y antes de que sus hijas fueran secuestradas, las haditas la abandonaron y le dijeron que a partir de ese momento tendría que arreglárselas sola, porque su trabajo era hacerle encontrar una familia y un príncipe , y eso ya lo habían hecho.
"¿Por qué dices eso Flor?" le preguntó Roberta, mientras miraba con Tomas temerosa y dudosa la pobre Delfina cada vez más débil.
"¡Porque sí! Porque me he dado cuenta de que en la vida la verdadera magia no está en mi árbol o en mis haditas.
La magia más grande y fuerte del mundo está dentro de cada uno de nosotros y ¡Es el Amor!
El amor vive dentro de cada uno de nosotros y debemos hacerlo vivir y hacer que se invada completamente de nosotros para poder hacer milagros y salvar nuestras almas, que cada día viven en un mundo injusto y tan lleno de maldad..." dijo Flor acariciando y dirigiéndose a los muchachos, uno a uno.
"¿Qué está pasando aquí?" preguntó Federico bajando las escaleras, seguido por el Conde, y dirigiéndose hacia Flor todavía un poco enojado con ella.
"¡Estamos curando a Delfina!" dijo Flor acercándose, todavía atemorizada por la discusión de antes, al Freezer y tomándole la mano.
"¿Pero con qué? No veo ningún fármaco aquí..." dijo Federico tratando de resistir a la seducción de Flor, aunque le resultaba imposible...
"¡Con el Amor! ¡Que es el farmaco más fuerte e infalible del mundo!" dijo Flor sonriendo y apoyándose en el pecho de Federico, que intentó por unos segundos contenerse pero luego ya no la hizo màs a sostener la cara de duro y le devolvió, calurosamente y alegremente, el abrazo a su amada.
Pero por desgracia no todos los sentimientos y las emociones son siempre hermosos, de hecho junto con el amor, el arrepentimiento y la honestidad en Delfina también habían resucitado el miedo y los sentimientos de culpa.
Eran precisamente estos últimos los sentimientos que más la atormentaban y que la hacían sentir mal, ¡pero Flor ya tenía en mente algo para aflojar su dolor!
De hecho Flor había pedido que los niños y Greta perdonaran a Delfina delante de ella, para que su hermana pudiera oírlos y darse cuenta que su alma estaba a salvo y que aún podía amar.
Los chicos al principio no estaban muy convencidos de esa idea, porque desconfiaban en Delfina y tenían miedo que esa fuera solo la enésima trampa y que la mujer le había hecho solo màs daño si ellos habían bajado la guardia; Pero al final un poco por las hermosas palabras que Flor le dijo y un poco para hacerla feliz, decidieron hacer lo que ella le pidió y uno a uno se pusieron al pie del colchón sobre el cual estaba Delfina y tomándole la mano le dijeron que la perdonaban.

Y ASÍ SERÁ- Flor y Fede el final que se meritabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora