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-Ey... Sherlock...

¿Era la voz de Jhon?

-Sherlock

Si, definitivamente era su voz, podría distinguirla entre miles. ¿Que estaba haciendo en mi casa? Específicamente en la puerta de mi habitación.

-Abre, por favor. Necesitamos hablar.

Me levanté de mi cama y dejé mi libro en el escritorio, me dispuse a abrir la puerta.

-Ey

-¿Que haces aquí?

-¿Puedo pasar?

-Supongo que si.

-Yo- toque la puerta y tus padres iban de salida, dijeron que podía subir y-y yo... Quería hablar contigo.

-John, lo lamento.

-No, yo tengo la culpa... Jamás debí haber hecho todo aquello. Y sobretodo JAMÁS debí haberte llamado raro, te puedo jurar que no pienso nada de lo que dije. Fue un arrancón, por qué en ese momento hice algo que no quería solo... Solo para- para probar. Que no me gustan los hombres.

La voz de Jhon se iba apagando cada vez más y cuando terminó de hablar pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas.

-Ey, no llores Jhon, no hay razón para llorar. Por lo que sea que me hayas hecho no hay nada que perdonar. Pero, ¿A qué te refieres con lo último?

-¿Recuerdas aquella vez que fuiste a mi casa y te dije que no quería que mi padre se enterará?

-Si

-Una semana antes de eso unos chicos mayores que nosotros me invitaron a un bar, y a esta edad uno hace lo que sea por sentirse grande. Yo acepte y jamás me dijeron que clase de bar era, cuando llegamos me di cuenta de que era un bar gay, y ellos me sacaron fotógrafias en ese lugar. Se burlaron de mi y aunque sabia que podría explicar eso, nadie me creería.

-John...

-Espera, hay algo más. Yo-yo disfrute entrar a aquel lugar. Me gusto y-y regrese, aquel día que te dije que iría a estudiar con Stamford, volví a aquel lugar. No quería que mi padre se enterará de eso. Siempre me han gustado las mujeres, pero...

Me miró fijamente en ese momento, mi corazón comenzó a acelerarse y no sabía que hacer, ¿Sería buen momento para confesarselo?

-John...

-...he comenzado a tener pensamientos y sentimientos extraños, me nege a mi mismo ser gay... Pensaba que no podía ser gay, no debía. Ese día que... Te deje plantado, fue por qué; me sentía extraño durmiendo contigo en tu habitación... Y no lo mal intérpretes, no era raro de una forma mala. Más bien se sentía bien. Y-y debía comprobarme a mi mismo que me gustaban las mujeres.

-John...

-Pero cuando salí con ella, todo el tiempo me sentí mal por dejarte. Y-y eso solo me comprobó lo que ya sabía...

-John... Necesito decirte algo por favor ya cállate.

-Sherlock, lo que me confirme a mi mismo ese día fue que...

No lo deje continuar, no podía. El seguía llorando y yo no quería seguir escuchándolo. Además mi impulso fue más grande.

Lo bese, besé sus labios tan suaves y carnosos, tan delicados, era como comer algodón de azúcar, no sabía si me correspondería pero lo hice aún así, arriesgue todo.

-Gracias. Pero déjame terminar... Lo que confirme es que TE AMO, TE AMO SHERLOCK HOLMES TE AMO

Y ahora fue el quien me beso, tan descaradamente que comenzaba a recorrer sus besos por mi cuello.

Es increíble cuan sensible puede llegar a ser mi cuerpo.

-Sherlock... Cierra la puerta, quiero que desenvuelvas tu regalo. Por qué, ¿No creerás que me olvidé?

-Como tu mandes

Esboze una sonrisa ladeada... Espero que mis padres tarden en llegar.

El Diario de SherlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora