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-Sherlock...

~mmmm~

-Sherlock... dice tu madre que bajes, el desayuno está listo. Además iremos al cine.

John me despertaba dulcemente, joder hoy ya es dos, hoy regresa a su casa. Eso no significa que lo perdone, tal vez estoy algo triste por qué se va, pero eso no justifica que haya tenido sexo con una tipa el día que se suponía saldríamos.

~No quiero verte~

¿Encerio Sherlock? Eso es lo que dirás, claro que quieres verlo. Por que demonios hablo sin pensar.

-Perdón, de verdad te prometí ayer que no lo volvería a hacer... Me hace sentir muy mal lo que te hice ayer.

~dejame en paz Jhon, quiero dormir~

-Te fuiste a dormir a las nueve.

~mmjj~

-Esta bien, le avisaré a tu madre.

No baje a desayunar, no quería ver a John, como demonios explico que quería verlo pero no quería verlo. Es imposible de explicar.

Más tarde fuimos al cine y cuando salimos debíamos dejar a John en su casa, Mycroft y Lestrade se fueron a casa antes de venir al cine, por lo tanto solo dejaríamos a Jhon en su casa y tendría el resto del día libre.

-Bien Jhon, aquí estamos. Muchas gracias por aceptar la invitación, nos dió mucho gusto conocerte. Bajaremos a agradecerle a tu padre y a desearle un feliz año nuevo.

-¡Claro! Y muchas gracias a ustedes por la invitación.

Mientras mis padres bajaban para saludar al padre de Jhon el y yo estábamos caminando por ahí sin alejarnos mucho y sin saber que decir.

-Sherlock... Otra vez, lo lamento... Se que no estuvo bien lo que hice y te lo juro, no se volverá a repetir. Es solo que me tenía que probar algo a mi mismo...

-Ok

-¿Ok? Es todo lo que dices

-¿Que quieres que te diga? 'Gracias por dejarme plantado por irte a tener sexo con una tipa'

-¿Que? ¿Cómo sabes eso?

-Ay, por favor Jhon por quién me tomas.

-Mira Sherlock, comprendo que estés molesto por qué te plantee, pero ¿Espiar en mi vida privada? Eso jamás lo creí de ti. ¿Es acaso que estás celoso?

-¿Celoso? Pfff... Por qué debería de estar celoso. No soy más que un 'amigo' tuyo...

-¿Sabes que? Ahora creo que todos tenían razón y yo solo estaba cegado, eres un raro. Ni siquiera tendrías razón para estar aquí, es más como cojones sabías la dirección de mi casa si yo nunca la dije. No eres más que un ratito al cual debí golpear en cuanto me golpeaste aquel día.

Y se marchó, asia adentro de su casa, y yo me marche con mis padres aparentando que nada de esta discusión había pasado. En ese momento no era consiente de lo que estaba pasando, el enojo me consumía.

El Diario de SherlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora