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-Sherlock... ¿Puedes dejarme entrar?

-No.

-Traje algo de comida, te hará mal no comer.

-No.

-Por favor.

Mi madre intentaba entrar en mi habitación y por primera vez en mi vida me deje apoyar.

Después de abrir la puerta entro mi madre con papas fritas, mis favoritas.

-Hola mi vida, ¿Cómo estás?... ¿Quieres hablar de lo de anoche? Solo quiero asegurarme que estés bien, y si no quieres hablar solo me iré.

-John.

-¿El está bien?

-Sinceramente no lo sé.

-¿Cómo no lo sabes?

-Mamá... John era mi novio.

-...hijo...yo...

-Y antes de que digas algo déjame continuar. Ayer tenía planes para su cumpleaños y el decidió irse a tomar con unos amigos, beso a una chica y todo se vino abajo. Nadie sabía de lo nuestro por qué el no había querido decírselo a nadie. Pero traicionó mi confianza ayer y eso fue la gota que derramó el vaso, nos dijimos cosas horribles y todo termino.

-¿Cómo te sientes ahora?

-Mal, pero me gustaría estar solo si no te molesta, ya puedes ir a contárselo a todos si eso quieren saber.

Me metí dentro de las cobijas y mi madre clarame entendió que era momento de irse.

Y lo peor de todo es que ninguno de mis sentimientos cambio. Aún daría la vida por ti.

El Diario de SherlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora