Capítulo 2

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En cuanto llegué a casa, dejé la bicicleta en el garage y entré por la puerta, todo estaba a oscuras, así que encendí la luz.
Cuando mire el interior de mi casa me asusté, había dos hombres con máscaras, vestidos con un mono de trabajo negro y llevaban armas. Lo que más me llamo la atención fue que en el mono había escrito: WCKD.
Comencé a reír cuando tendría que estar asustada, porque WCKD se llamaba la organización de los libros del corredor del laberinto.
-¿Lucy Elgort?-pregunto uno de esos extraños personajes, y en ese momento dejé de reír para transformar mi sonrisa, en una cara seria.
-Si...-susurré
-Bien-dijo el otro hombre.
En ese momento, me cogieron de los brazos y me llevaron al jardín, donde había un iceberg, como los de los libros de James Dashner.
Subieron, y me intenté soltar de su agarre, pero era imposible. Grité, tampoco funcionó para que alguien viniese o que me soltasen.
Cuando estábamos dentro, el vehículo empezó a sobrevolar mi barrio.
Iba a preguntar algo a las dos personas vestido de negro, pero todo se tornó oscuro, y lo único que recuerdo fue el impacto de mi cabeza contra el suelo.
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Cuando desperté, me encontraba en una especie de ascensor con forma de caja, con unos cilindros que ponían WCKD.
Reconocería ese sitio hasta con los ojos vendados. El ruido del ascensor subiendo, y la alarma cuando este paró.
Pero, no podía ser, esto no podía ser la caja, no podía dirigirme al claro, simplemente, porque... porque no, y punto.
Miré en mi cabeza y recordaba todo lo que había pasado, como me llamaba, quienes eran mis padres, mis personajes de libros favoritos, nombres, insultos... no había perdido los recuerdos, es algo.
Cuando la alarma acabó de sonar, el ascensor se abrió, dejando a la vista un cielo color azul celeste, y algunas caras de personas asomando por el hueco del ascensor.
Identifique una cara y no podía ser, luego iba sabiendo a quien pertenecía cada cabeza, hasta saber quienes eran todos.
Empecé a gritar como una fangirl (porque lo era) al ver a sus ídolos en frente suyo.
Cuando alguien iba a bajar a ver que había dentro de la caja, me levanté rápidamente y subí a tierra firme.
Miré el paisaje, y... no lo podía creer... cuatro muros de hormigón que llegaban casi al cielo, y, unas entradas en cada muro, hacias pasillos, también de hormigón.
Miré a la gente que había a mi alrededor viéndome asombrada.
Reconocí a cada uno de ellos.
Pero, justo en ese momento, algo me confirmó donde estaba, un chico rubio con ojos almendrados que veía cada mañana en el póster de mi habitación, un chico llamado Newt.
Definitivamente, estaba en el claro.

Una fangirl en el claroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora