Desperté muy pronto, pues las puertas del laberinto todavía no se habían abierto.
Fui a la cocina y Fritanga me dio el desayuno para poder ir pronto a los huertos.
~después del desayuno~
-Bien Lucy, ya sabes que tienes que hacer, buena suerte-dijo Zart.
Me dispuse a empezar a coger las zanahorias, pero un grito de socorro hizo que levantase la cabeza y viese a Thomas corriendo agitando los brazos y pidiendo ayuda. Detrás de él esteba Bien, persiguiéndole, con una mirada de locura.
Corrí hacia ellos y agarré a Thomas, mientras Newt le pegaba a Ben con una pala.
Le solté y seguí trabajando.
~a la hora de cenar~
-¿No cenas con nosotros?-preguntó Minho
-No, iré al bosque, a pensar, adiós descarado-dije
-Adiós pingaja
Caminé y caminé hasta llegar al bosque y subí al árbol más alto.
¿Por qué me eligieron a mi, para traerme? Hay mucha gente en el mundo, y también muchos fans del corredor del laberinto, en realidad, no lo entiendo.
Quedé tan sumida en mis pensamientos que me dormí.
-Ya sabes que tienes que hacer-dijo una mujer
-Si, lo sé-contesté
-Entonces, ¿por qué no lo haces?
-No puedo matar a gente inocente-dije
-Bien, entonces sufrirás las consecuencias de no cumplir las órdenes de la ministra...
Desperté del extraño sueño y estaba tapado con una especie de manta, aunque no recuerdo haberme tapado, en fin, da igual.
Sentí unos ojos mirándome, como la otra vez.
Giré la cabeza y vi a Newt escondido en el árbol de al lado. Este bajó de la rama en la que estaba y fue al claro como si no hubiese pasado nada.
Cada vez, Newt me sorprende más.
Solté una risa débil y volví a dormir, porque era de noche.
-Tienes que matarlo, tienes que matar a Ben, antes de que lo destierren. Ve a donde está, y clavale la aguja que tienes escondida en el brazalete, si no lo haces, me encargaré de que seas castigada.
Me sobre salte, y fui a donde estaba Ben.
¿Pero Lucy qué haces? Intenté resistirme pero una fuerza misteriosa me arrastraba hacia la habitación donde estaba Ben.
Mi mano abrió la puerta y cuando estaba cerca de el chico, una pequeña aguja apareció de la nada en mi pulsera y se la clavó en el brazo.
Después de unos segundos, esa fuerza que me controlaba despareció de mi cuerpo.
Me dirigí a mi hamaca para dormir un poco más, pero me encontré en esta, un collar de cuero que ponía mi nombre.
Miré a mi alrededor si había alguien, pero solo estaban Chuck, Minho y durmiendo en otras hamacas.
Sonreí y me puse el precioso collar.
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Una fangirl en el claro
Fanfiction¿Qué pasaría si un día despiertas en el claro? ¿Y si eres una fangirl? ¿Y si conservas los recuerdos? Esta es la historia de Lucy Elgort, una chica como cualquier otra. ¿Qué la pasará el día en el que abra los ojos y esté en una especie de caja muy...