38 - Fujoshi Compulsiva

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Aviso:

Bueno gente, no sé por qué hago este aviso si ya saben de qué va la historia xd, pero al momento de escribir este capitulo sentí que debía hacerlo. Lo que leerán a continuación tiene alto contenido explicito. Quedan advertidxs.


***


-¿Entonces, esa es tu respuesta definitiva? -preguntó Eric sentado en el sofá que estaba frente a mí.

Había llegado a su apartamento en Gran Vía a las cinco de la tarde; cuando culminaron mis horas de trabajo. El vigía que aguardaba en la entrada tuvo que preguntar por la radio si el señor Castilla esperaba una visita llamada David. Cuando, supongo, le hicieron saber que sí, me miró con la nariz fruncida. Tuve que decirle que finiquitaríamos algunos acuerdos laborales debido a la suciedad que traía conmigo: la camiseta, el pantalón y el pelo se encontraban llenos de partículas de cemento, entre otras cosas.

Al permitirme el paso me indicó qué piso marcar en el ascensor. Cuando subí al séptimo, el teclado táctil se iluminó pidiéndome la contraseña. No hizo falta que entrara en apuros, puesto que en cuestión de nada se abrieron sus puertas y Eric me esperaba en el recibidor de su sala.

Nunca había tenido la oportunidad de entrar en un apartamento como ese, tan amplio, tan brillante, tan limpio, por lo cual me quedé parado apenas a dos pasos del ascensor, admirando la vista. De entrada, el piso de mármol negro, junto con las paredes blancas, te daban la sensación de estar en un tablero de ajedrez. Los demás colores armonizaban sutilmente en tonos claros, como el gris de los sofás, el azul de sus cojines, el marrón claro de los portarretratos en las paredes y los muebles.

-Bienvenido -dijo Alicia, apareciendo de atrás de la espalda de Eric.

-Gracias -le respondí.

-Pero sigue, por favor.

-No -me rehusé-, ando todo sucio.

-Da igual -replicó Eric-, la de la limpieza se encargará luego. De todos modos, no pensarás quedarte ahí parado, ¿no?

-Pues es que será rápido, supongo.

Al decirlo, la pareja se miró entre sí con cara de decepción.

-Te dije que no había sido buena idea eso de dejarlo con la incertidumbre de si tendría que hacerlo también contigo -murmuró Alicia.

-Ya, ¿qué querías que hiciera? Joder, que yo también quiero un poco de lo mismo -le chistó Eric.

-Cualquier cosa menos intentar matar dos pájaros de un tiro.

-Pues qué te digo, si ya sabes lo mucho que este pájaro extraña algo de eso.

Si pretendían que sus voces no llegaran hasta mí, habían fracasado. Al escuchar la dirección por la que iba su conversación, mi garganta emitió un carraspeo involuntario.

Eric me tomó de la mano con una rapidez que no pude prever. No me dejó preguntar ni objetar nada, él solo me guio por los pasillos de su casa hasta que llegamos a una puerta cerrada.

-Entra, tomate una ducha y ya luego lo hablamos. -Giró el pomo y me insertó dentro-. Yo me encargaré de arreglarlo -le dijo a Alicia, dado que él no había entrado conmigo a la ducha.

Me miré en el espejo, la mugre en realidad me hacía ver fatal, aparte apestaba a sudor. Se suponía que vendría y les diría que no y me iría, por eso no me había tomado el tiempo de ducharme, dado que, si lo hacía, disponía de poco tiempo para llegar a mis clases. Pero, viendo la situación en la que me encontraba, me dije que no podía rechazar la oferta. Así iría limpio a mis clases.

Sexo A Medianoche [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora