Wᴇʟᴄᴏᴍᴇ Aɢᴇɴᴛ Jᴇᴏɴ +18

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❛⿻۬˖̥ ͭ; Buenas, Noemys ♡⃕ ᨳˎˊ˗

La forense Park levantó la vista hacia mí, pero se quedó mirando fijamente al bebé. Se levantó y se acercó a mí, agarrando la pequeña mano del bebé. 

— ¡Qué cosita más adorable! – La señora Park es muy bipolar, tanto que a veces me asusta. – añoro cuando Jiminie era así de chiquitín. 

— Mucho más, no creció… – me di cuenta de que lo había dicho en voz alta. 

Se alejó de mí, para centrarse en su hijo. Llegué a pensar que me pegaría. 

— Cierto es. Tengo mucha suerte de tener a mi bebé Jiminie ¿verdad cielo? – apretó las mejillas de Jimin, mientras éste se moría de la vergüenza. 

— Mamá por favor, en público no. Centrémonos en la víctima. 

La forense Park se centró en la víctima, se agacho de nuevo y señaló los hematomas del cuello de la chica de pelo negro azabache. 

— Mismos hematomas que las anteriores víctimas, también es evidente el abuso sexual. 

— Está claro que el asesino, es un depredador sexual y un asesino en serie. – comenté. 

— la llevaremos al depósito y pasaremos sus huellas por la base de datos. Creo que ronda aproximadamente entre los dieciséis o dieciocho años. 

— Mañana me pasaré a ver qué más tiene, forense Park. – comenté, mientras guardaba mi libreta de notas en el bolsillo derecho de mi abrigo. 

Me aleje del cadáver sintiendo como me seguían los pelirrojos y Park Jimin. Minnie se quedaría con la forense, para ayudarle. 

— Podremos conocer a la inspectora Min, ¿cierto? – preguntó la irritante pelirroja. 

— No creo que le moleste que vengan a vuestra casa, ¿no Jeon? – Habló el bocazas de Jimin. 

Me llevé la mano al puente de la nariz, maldiciendo internamente a Jimin. Los dos pelirrojos insistieron en ir a casa, para ponernos al día con los casos. No me encantaba la idea, pero es cierto que tarde o temprano nos tendríamos que reunir todos y Tae ya está en casa. 

Le llamé avisando de que iría con visita, mientras Jimin conducía. Los pelirrojos iban en su Mercedes último modelo. Me irrito solo de pensar en ellos. 

Llegamos a casa, justo cuando Erik volvía a despertar pidiendo comida. Si, creo que ya distingo sus llantos. Nunca pensé que ir en ascensor pudiera volver el viaje más incómodo de toda mi vida. Fui el primero en salir, atropellando al pelirrojo con el carrito de Erik. El se lo busco, es gilipollas. 

Abrí la puerta de casa, entrando de nuevo yo primero. Dejé el carrito a un lado. Taehyung bajaba las escaleras y me hizo un gesto para que lo acompañará a la cocina. 

— Por favor tomen asiento y no toquen nada. – comunique antes de seguir a Taehyung. 

Mantenía al pequeño aún más en mis brazos, lo acunaba en un intento de calmarlo. Taehyung no parecía estar nada de acuerdo con la situación, cosa con la que yo tampoco estaba conforme. 

— ¿¿Tenías que traer a esos dos??

— ¿Ya les conoces? – Pregunté confuso y entrando en un estado de nerviosismo porque el dichoso bebé no se calmaba. 

— Estuve dos largos meses en Busan, para unas prácticas. Y me tocó trabajar con ellos, son horribles y están de enchufados. Su padre es vicepresidente de Busan o algo así raro. La cuestión es que son enchufados, no se ganaron su puesto trabajando.