Min Lea esta cansada de todo. Quiere terminar de una vez por todas con la persona que tanto daño la hizo.
El hombre que le arrebató toda su esperanza, su confianza, su integridad y en parte también su inocencia.
Esta dispuesta a todo, con tal de t...
Ambos nos quedamos en silencio sentados en el sofá, mientras tomábamos un té. ¿Estábamos en el mejor momento para hacer algo así? Una parte de mi -la más sensata- me dice que esto solo joderá aún más nuestra extraña relación.
Pero mi parte traumada solo piensa en tirar la maldita taza de té y comerle la boca salvajemente al chico de cabello azabache y sonrisa adorable.
— Tengo una gran duda, pero no quiero incomodarte. – comentó mientras dejaba la taza en la mesa.
— Adelante, sin tapujos jeon.
— ¿Tu y Minho... en nuestra cama..?
— No, en la cama no. Preferí mantener la cama "intacta" supuse que mucha gracia no te haría dormir ahí.
— Supusiste bien. Pero entonces ¿en qué partes hicieron…?
— No se si realmente quieres saberlo…
— Cierto. Sería incómodo, aunque deduzco que fue en el sofá. Pero no importa, podemos crear nuevos recuerdos en esta casa… y quemar este sofá. – lo último lo dijo de forma dramática.
— Ya no exageres.
— Habló en serio, voy a comprar otro sofá, no me sentaré más en un sitio que puede contener fluidos de Lee Minho.
— Entonces también deberías remodelar la cocina…
— Por dios Lea, la cocina no. – comentó de forma divertida.
Me sorprendió que no se enfadara, la verdad pensé que le molestaría. Pero no lo hizo. Entre los dos recogimos un poco la sala y subimos a la planta de arriba. El se encargó de acomodar a Erik ya dormido en su cuna.
— ¿Estás más relajada ahora?
— En realidad no, siento el horrible hormigueo por todo mi cuerpo. Y eso me frustra… y que estés ahora mismo sin camiseta, lo empeora.
El chico se acercó lentamente a mi, me quitó el peluche que tenía tenía la mano de Erik y acomodó sus manos en mi cintura.
— Realmente no sé de qué forma ayudarte y tampoco soy el más experto en el ámbito sexual. De hecho tu fuiste mi única experiencia… Me dejaré a tu merced y ya de paso aprendo un poco ¿no?
Su simple roce con mi piel, me hizo estremecer de placer. Mi cuerpo añoraba tanto ser tocado y deseado, algo de lo que estoy segura que después del acto, me arrepentiré.
Mis manos se tomaron la libertad de tocar el musculoso pecho del chico tatuado. Ladeé mi cabeza mientras mordía mi labio inferior intentando reprimirme. Algo ya lógicamente imposible. A veces pienso que las terapias ya no tendrán efecto en mí y que me quedaré toda la vida así.
Lentamente fui desabotonando su camisa, no me había tomado el tiempo de apreciar el detalle de que hoy llevaba una camisa ajustada y no sus típicas camisetas o sudaderas anchas.
No me atrevía a mirarlo a la cara. Necesitaba que fuera sin sentimientos, sería puro acto, sin caricias y sin nada que detone afecto. Sólo placer.
Baje lentamente su camisa, dejando todo su torso al descubierto y pudiendo apreciar sus tatuajes. Nunca me había tomado el tiempo de mirarlos y juraría que tiene muchos más que antes de que pasara todo lo sucedido. Un intenso hormigueo recorría todo mi cuerpo, necesitaba ir más rápido.
Sin previo aviso lo empuje hasta llegar a la cama, me subí sobre su regazo mientras me despojaba de mi camiseta, quedando en sujetador –para mamás, nada sensual– pero eso poco me importaba a mi entrepierna y a mi cerebro.
Sabía perfectamente cuales eran los puntos débiles de los hombres, Dina me lo enseño, por si en algún momento necesitaba terminar rápido con un cliente. También me enseñó a disfrutar sexualmente de mí misma, algo que me ha estado ayudando a controlarme, pero que tenía claro que solo podía ser puntual.
En cuanto empecé a dejar besos húmedos por su cuello, sentí su erección. Dejó escapar un largo suspiró mientras acomodaba sus manos en mi cintura guiando los leves movimientos de mi cuerpo.
Esta sería la primera vez que probaría esto con jeon. Sabía que nada volvería a ser lo mismo y que sería complicado lo que se avecinaba. La cuestión es que era superior a mi y no podría remediarlo por mucho asco que yo misma me diera.
☆│☆│☆
~ Pv Jungkook ~
Desperté como tres veces en la dichosa madrugada. Estaba agotado por toda la acción que tuve con Lea, pero eso al pequeño Erik no parecía importarle. Su llanto era horrible y no entendía cómo es que la chica podía dormir plácidamente. El cansancio debió hacerse con su cuerpo.
Me tocó hacerme caso del pequeño. Admito que dije que le echaba de menos, pero ya no le vuelvo aguantar de nuevo. Es una especie de amor odio y si le sumamos que estoy súper cansado, pues… Pues me jodo y le atiendo.
Esta era la tercera vez que me levantaba para calmarlo, eran las cinco y media de la madrugada. Estaba sentado en el sofá, quedándome medio dormido y dando uno de los tantos biberones que tenía hechos Lea en el frigorífico.
— Es la segunda vez que te doy de comer en menos de dos horas, por favor duerme ya de una vez…
Poco le importaron mis súplicas, camine en círculos mientras lo acunaba, lo pasee en su carrito y nada, no había forma de dormirlo y mi cuerpo no daba para más. Estaba cansado, fue un día largo y aún estaba cansado del viaje y los duros días de trabajo en Busan.
Subí a la habitación, me acosté en la cama y dejé al pequeño acomodado en medio de Lea y yo. Mientras intentaba dormir, él jugaba con mi mano y la babeaba. En otro momento me hubiera dado mucho asco, pero ahora sinceramente poco me importaba.
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Espero que os haya gustado uwu
Llevaba un tiempo sin publicar en esta historiajsjsj
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