Min Lea esta cansada de todo. Quiere terminar de una vez por todas con la persona que tanto daño la hizo.
El hombre que le arrebató toda su esperanza, su confianza, su integridad y en parte también su inocencia.
Esta dispuesta a todo, con tal de t...
Me sentía mareada con el balanceo del barco. Abrí mis ojos lentamente encontrándome en una cama y sola.
Recordaba cada minuto vivido desde que entré a este barco, no había podido salir de esta maldita habitación donde tuve que seguir cada una de sus órdenes y hacer todo lo que él me pidiera o amenazaba con hacer daño a Erik.
Sabía que el barco se había alejado del embarcadero, porque note el balanceo entre las embestidas que ese imbécil me daba.
En este momento las únicas fantasías que tenía, eran de escapar de aquí y arrancarle la polla al estúpido.
Parpadeé varias veces para adaptarme a la luz, veo que pasamos la noche en mitad del mar. No estamos navegando ahora mismo, lo que me indica que estamos flotando en mitad del mar.
Intenté incorporarme, pero mi cuerpo estaba agotado y adolorido. Llevaba tiempo sin tener relaciones tan intensas y menos tan bruscas. Y eso que no me resistí, sabía que si lo hacía sería peor para mí.
Tras unos intensos momentos de agonía para levantarme, lo conseguí. Busqué algo que pudiera ponerme de ropa, pero solo encontré una triste camiseta de él, deduzco. ¿Y mi ropa? Sinceramente no lo sé.
Caminé hasta la puerta sin esperanza de que esta pudiera abrirse. Pero me llevé una sorpresa, estaba abierta. Observé con cautela el pasillo del gran barco privado. No había nadie y eso me preocupaba.
Salí con timidez mirando a cada lado. Al llegar al final del pasillo me choqué de bruces con uno de los de seguridad, este sin esperarlo me agarró del brazo bruscamente y me llevó hasta una de las cubiertas fachadas del barco, donde mi peor pesadilla tomaba un café vistiendo solo con un bañador rosa.
—- Oh miren quien despertó, buenos días mi futura esposa. ¿Has dormido bien?
—- Hubiera dormido bien estando en mi casa y sin que un tipo veinte años mayor se sobrepasara conmigo.
—- Espero que no te dure mucho hoy la rebeldía, deberás aguantarme el resto de tu vida, así que más respeto si no quieres que lo de anoche no sea peor… ayer fui cuidadoso contigo.
Rodé los ojos y tomé asiento frente a él. No me quedaba de otra, aunque saltar por la borda me tentaba pero al no saber dónde estaba no sabía hacia donde nadar y terminaría ahogada y con hipotermia.
—- Tu mataste a Dina, ¿cierto?
—- Esa puta ya terminó con mi paciencia, no sabes como agonizaba mientras me la follaba por última vez. Era lo único bueno o qué hacía esa perra. —Sonrió triunfante antes de dar un largo sorbo a su café.
—- Eres un hijo de puta sin corazón alguno.
—- En esta vida es necesario ser cruel, o comes o te comen y yo amo ser el depredador, no la presa.
No sabía qué más decir, mis argumentos no servían de nada con este tipo. Estaba más que enfadada, él debía pagar por la muerte de mi madre y por la muerte Dina. Él no había matado a Nam Eric pero igualmente también lo unía a la lista de venganzas.
—- ¿Y para qué narices me necesitas a mí, sí ya lo tienes todo?
—- Eres inspectora, pero no pareces muy atenta… contigo aquí tengo una carta ganadora, si la policía se acerca, tú eres mi comodín. Además de que como te dije ayer, tu madre me debía un heredero y eso quiero.
—- No pienso tener un hijo tuyo, antes me tiro por la borda.
—- Piensa bien lo que dices, recuerda que la vida de tu pequeño Erik está en mis manos. Dame un heredero y tu hijo bastardo será libre por completo.
—- Si acepto dejaras a Erik y a Jungkook en paz, jamás volverás a tocarlos.
—- Lo prometo. Nunca incumplo mis promesas, soy un hombre de palabra. En cuanto tenga a mi mocoso, esos dos serán completamente te olvidados para mi.
Tuve que aceptar ese trato, ante todo iba la seguridad de Erik y aún debía pensar bien cómo escapar de aquí.
—- Bien si ya has descansado, tenemos un hijo que crear. —se puso en pie, obligándome a hacer lo mismo.— Quítate la camiseta. —ordenó tajante— Lo haremos aquí mismo con la presencia del mar. ¿No es romántico cariño?
En cuento me quité la camiseta, me empujó bruscamente contra la mesa. Sentía el frío de la madera en mi mejilla y abdomen, aunque eso no fue la peor sensación de todas. El peor momento llegó al sentirlo dentro sin ningún tipo de precaución o aviso.
Le odiaba, le odiaba demasiado. Necesitaba matarlo porque esto no iba a terminar, era él o yo.
Aguante las lágrimas en cada embestida, no quería parecer débil a pesar de todo. Él no tenía vergüenza alguna, ni se molestaba en echar al servicio de seguridad. Todos veían la triste imagen, nadie hablaba y nadie paraba el acto.
Ninguno tenía cojones para hacerlo, todos tenían miedo y preferían ver el sufrimiento de otra persona a sufrirlo ellos. No les juzgo, somos humanos y la mayoría egoístas por naturaleza, miramos por el bienestar propio, no por el de los demás. Más si es una mera desconocida o puta, que es lo que soy para ellos.
❅─• 「 」 •══••✧๑♡๑✧•ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ ۣۣ፝ۜ͜͡ஓ♡
Ya estamos en la recta final, este capítulo fue un poco más duro. Ya solo queda otro y el epílogo creo yo 👀
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.