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Las dos primeras semanas fueron raras en la "mansión de la rehabilitación", como la llaman los internos. Estas dos semana estuve un poco separa del resto de internos, mientras pasaba los primeros exámenes psicológicos.

Por eso esta semana tampoco tuve tantas llamadas y solo pude hablar con mi padre y con Jungkook dos veces. Me sentía muy estresada y solo podía imaginarme estúpidas fantasías con Jungkook.

Justamente despertaba exhausta después de tener uno de esos tantos sueños húmedos.

—- Es tan divertido verte soñar… —Se burló mi acompañante.

Este me miraba sonriente desde su cama, apoyaba su codo en la cama y sonreía.

—- Ay ya no seas estúpido, tu hablas dormido. —me defendí.

Le lancé una almohada a la cara, mientras me levantaba. El no dejaba de reír, y eso me contagiaba su risa.

La verdad es que Hoshi era el compañero perfecto. Era divertido, no hacía muchas preguntas y era directo. Sin duda lo que más necesitaba en este lugar, alguien sin pelos en la lengua.

No podía negar que me atraía, porque así era. Pero él tenía cero interés por mí y eso era bueno, porque me hacía volver en mi ser.

—- De nuevo estabas soñando con el tal Jungkook… ¿En serio ese tipo es tan impresionante como para soñar que te está follando?

—- Sabes qué soy ninfomana ¿no? —aclaré con ironía.

—- ¿En serio? No me había dado cuenta… —sacó su lado sarcástico.

Rodé los ojos y tomé asiento en mi escritorio moviendo la silla giratoria.

—- A veces no se como sobrellevarlo, me avergüenzo de mi misma.

—- No deberías avergonzarte, te lo dice alguien que ya estuvo años ocultando su verdadero yo… Y mírame ahora, soy todo un big boy y no puedo estar más feliz con mi polla nueva. —entrecierre los ojos por la última frase de su motivador sermón. — Ya en serio, aprende a quererte y aceptarte. Yo acepté mis sentimientos, quería ser un tipo y luché por ello. Tú quieres ser una tipa "normal" pues lucha por serlo y acepta tu pasado.

—- Veo que tu nueva polla te volvió un chico sabio.

—- Ay no te hagas, se que te encanta mi polla modificada… Pocas has visto así, es perfecta.

Volví a rodar los ojos, sabiendo que tenía razón. Pero la vi porque a él le encanta mostrarla, no le juzgo, yo en su caso también estaría orgullosa de poder haber hecho esa operación que tanto ansiaba.

—- Eres tú quien va alardeando y mostrándola… te recuerdo que ayer saliste al pasillo desnudo y te castigaron toda la mañana.

—- Que puedo decir, me gusta la habitación de castigo…—Se encogió de hombros, para después levantarse y acercarse a mí, mientras se tocaba el estomago— Cambiando de tema hoy te dejarán ya al fin caminar libremente por la mansión de los locos ¿Qué te apetece hacer?

—- Me parece haber leído que hoy había clase de Yoga, me apetece probarla.

—- cierto, hay clase después de la charla.

Las charlas eran diarias, había una cada día. Nos sentaban a unos cuantos en círculo y nos desahogamos contando nuestros problemas. También venían expertos a darnos charlas para poder salir del túnel negro.

Terminé de prepararme tras darme una pequeña ducha. Salí junto a Hoshi de la habitación, él iba acomodando su pulsera identificativa. Tiene una manía con tocar siempre esta, lo hace a menudo y es alguna forma de entretener su mente, deduzco.

Wᴇʟᴄᴏᴍᴇ Aɢᴇɴᴛ Jᴇᴏɴ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora