Capítulo 30: July = Problemas.

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La reunión con Lucás fue rápida, me sentía un poco avergonzado con él por nuestros anteriores encuentros. Cuando cerramos los asuntos relacionados con el manejo de la “segunda revista” Lucás se paro.

Antes de marcharse me miro con una sonrisa y me dijo

-          Señor Collins, si me permite, a Ania no le impresionan las cosas románticas, más bien las rehúye. Pruebe con algo más – me guiño un ojo y se marcho.

Ya me parecía que lo típico no iba a ajustarse a Ania.

¿Fue mi impresión? ¿Lucás me alentó a seguir intentando?

Punto ¿para mí?

 Ya era hora del almuerzo y decidí invitar a July y hablar con ella. Nos habíamos vuelto cercanos, y era me despertaba un instinto protector. Tal vez por su edad, tenía 20 años, o quizás por lo poco que sabía de ella y su vida.

-          Eh, chica internet- la llame mientras salía de mi oficina, se había ganado el apodo gracias a todos los datos que podía recitar de memoria sobre curiosidades que encontraba en internet – vamos a comer, te invito un filet.

-          Señor Collins, gracias…- me dijo y bajo la vista apenada- soy vegetariana.

-          ¿En serio?- pregunte extrañado

-          Si, hace tres semanas – me dijo con una sonrisa orgullosa- pero gracias.

-          No hay de qué. Vamos… que tal ¿una ensalada?

-          Oh…claro.

Fuimos al restaurant oriental que Ania le había recomendado una vez a Mike, y del cual ya me había convertido en habitúe.

Decidí hablar con July sobre Ania, por supuesto se rió de mí cuando le conté que Lucás era el primo pequeño de Ania, y no un misterioso ocupante de su casa.

Es decir, lo era. Y se comía los desayunos que yo enviaba. Pero si era su primo estaba bien.

July me contó algo que me dejo bastante conforme conmigo mismo y mi perspicacia.

Estaba bastante prendida por Mike, y él a veces le decía “June”. Era un maldito mi amigo, que continuaba tirándose a Tiffany en los baños del piso de contabilidad.

Puede que yo hubiese estado ausente por casi tres años del trabajo, pero una vez que volví, tome control de todo en menos de lo que esperaba. Por lo que había decido que Mike quedara como vicepresidente y lo que le iba a proponer a July, después de que me convenciera al ver su sufrimiento por su enamoramiento no correspondido.

-          Quiero que dejes tu puesto- le solte

-          ¿Qué- se quedo con el tenedor cargado de ensalada a medio camino de su boca y me miro con los ojos más expresivos que había visto en algún tiempo. Excepto por los de Ania, esos realmente le ganaban.- Pero, si yo he hecho todo lo que me ha pedido, señor Collins.

-          Quiero que seas mi secretaría personal, July- la interrumpí. Esta chica sí que apreciaba su trabajo.

-          Oh, por Dios! Casi muero del disgusto – Dijo soltando un resoplido y llevándose la mano al pecho.- Por supuesto que sí, señor. Pero… si me permite preguntar… ¿Por qué yo? ¿Por qué no contratar a alguien especializado?

-          July, tu eres muy eficiente – le digo

-          Gracias, señor. Pero, como usted sabrá yo sólo estoy en mi tercer año en la Universidad.

El sonido que me trae de vuelta a la vida.  © #Parte1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora