Capítulo 24: PDV ANIA I

364 16 3
                                    

Inico del Maratón 

Dedicados a todas las locuras que me leen! 

PDV ANIA I

Ver a la familia no ayudo para aclararme en lo absoluto. Resultaban ser totalmente abrumadores.

El hecho de vivir en Europa me convertía en una especie de Robinson Crusoe. Mis primas y las mujeres de la familia en general preguntaban por los hombres de Londres. Yo realmente me incline por dejarlas conformes. Invente algunas cuantas historias con diferentes hombres para los casi tres años que llevaba allá y se conformaron.

Lucás supo que mentía en el instante en el que esas historias salieron de mi boca. Muy obvio, pues como prima mayor y autoproclamada su protectora, le había enseñado, que cuando quieres que alguien crea tu historia, son los pequeños detalles, los que cuentan. La gente le prestaba atención a estos, y no a la historia en sí.

Además él sabía que nadie me había venido bien después de Andy. Y que sólo en ocasiones accedía a tener una cita, o encuentro con algún hombre que no volvería a ver en mi vida.

 Lo consideraba un hermano, a pesar de que sólo era mi primo. Y a pesar de los pocos años que le llevaba, sentía un instinto casi maternal por él.

El viaje a San Diego fue su regalo de cumpleaños número 20 por mi parte. Le había transmitido la fascinación por los comics, la ficción, y con un esfuerzo mayor, después de los 15, se empezó a interesar por los libros. Había creado un ser devorador de libros, que tenía incluso más ejemplares que algunos de mis compañeros “intelectuales”.

Me sentía tan orgullosa de él… Cuando termino la secundaria un año antes y eligió seguir periodismo, me confesó que era porque yo era su heroína y ejemplo de realización.

Su mamá, mi tía, había fallecido cuando él tenía 12. Quedo huérfano, y prefirió vivir con nuestra abuela, antes que con su padre y su nueva familia. Yo estuve con él cuando sucedió. No era buen momento para ninguno. Andy ya estaba enfermo y cerca del final. Ambos nos apoyamos en el otro. A pesar de las diferencias que podríamos tener, lo sentía como mi hermano.

Como había extrañado a mi pequeño.

Disfrutamos mucho del ComicOn. Aunque fuera trabajo para mí, lo disfrutaba más de lo que cualquiera ahí podría decir. Cuando pude contactar con uno que otro famoso, para alguna entrevista o simplemente para saludar, Lucás flipó.

Paso el ComicOn, y la realidad toco a mi puerta el domingo por la noche. Debíamos tomar un avión a Londres. Lucás decidió instalarse y probar suerte. Por supuesto, contaba con algunos de mis contactos, y con el sofá de la sala.

Una vez en el avión, Lucás me dijo

-          Bueno, me lo vas a decir o voy a tener que amenazarte con matar a tu pez.

-          No tengo pez.

-          Ania…

-          Bien.

Todo el avión dormía. Y tuve que relatar todo en pequeños susurros.

-          Sabes que amo a Andy.

-          Si, aunque deberías plantearte superarlo más temprano que tarde, Ania.

-          Ese es precisamente el problema, Lucás – dije en tono irónico- Esta este tipo…

-          ¿Tipo? Como… ¿un hombre?

-          Si, como un atractivo y lindo hombre. Que por cierto es mi jefe.

El sonido que me trae de vuelta a la vida.  © #Parte1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora