Capítulo 44: Francisco.

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Pase la noche en la casa de Ania, luego de nuestra tarde de películas y sexo quise invitarla a cenar, pero ella dijo que una mejor idea era cenar en casa. Ella cocinó y realmente se lució.

Hoy, despertando por segunda vez a su lado, compruebo que la vida es una montaña rusa, y que todo este tiempo había estado en una larga meseta. Sólo cuando Ania apareció, mi vida comenzó a ir cuesta arriba.

Decidí empezar la mañana de una forma agradable para Ania, busque mi ropa, y las llaves del auto. Realmente puse a correr al Lamborghini y cuando llegue a casa arregle un pequeño bolso con ropa, tome una ducha y me dispuse a hacer algunas llamadas.

Antes de volver a casa de Ania, pase por una cafetería donde se compran delicatesen, compre café brasilero y chocolate también. Quería que Ania tuviera el mejor despertar, pero debía apresurarme, Ania era una madrugadora y quería sorprenderla...

Cuando volví Ania dormía, debía darme prisa. Organice todo el desayuno en la barra de la cocina y deje mi bolso en la habitación, cuando contemplé el cuerpo de Ania haciendo subir y bajar las sabanas al ritmo de su respiración, realmente me quede sin aliento. Fui hasta mi bolso y saque mi cámara de fotos, la ajuste para que no tuviese flash y comencé a fotografiar a Ania desde diferentes planos y enfoques.

Hacían unos buenos años en los que no había tenido oportunidad de tomar fotos de algo realmente interesante. Y aunque estaba un poco oxidado, todavía podía sacar dos o tres fotos decentes, sin mencionar que mi modelo se robaba toda la atención y cualquier error técnico sería ignorado al contemplar su belleza.

Luego de tomar una buena cantidad de retratos de Ania, me desnude y volví a la cama de la que tanto me costó salir. Pasados unos minutos, Ania comenzó a moverse. Pero no despertó, solo soñaba.

Ania se agitaba a medida que su sueño se desarrollaba, empezó a sollozar y me preocupe.

- Ania, Ania!! – la tome por los hombros y la agite, pero no daba resultado – Ania, despierta, estas soñando!!

El susto en el rostro de Ania evidenciaba una pesadilla terrible. No sabía de que trataba el sueño, pero solo podía pensar en hacerla despertar y sacarla de su tormento.

- ¡¡¡¡Ania!!!! – grite hasta que finalmente ella despertó. Lo hizo llorando y muy asustada. – tranquila, tranquila, solo fue una pesadilla.

La abrace, la sostuve como si mi vida se fuese en ello, y ella me estrecho mientras sollozaba. Al parecer ella necesitaba de mi, tanto como yo de ella.

- Saca todo afuera, cariño. Llora cuanto necesites. – susurre a su oído, y ella así lo hizo.

Luego de unos minutos de hipeos, sobrevino un silencio sepulcral. Pasado un tiempo, Ania me miro a los ojos, todavía aferrada a mí en un abrazo de hierro y solo musito un "Gracias".

- ¿Qué soñaste, Ania? – pregunte suavemente. No quería presionarla, pero quería ayudarla. Darle una explicación para calmar su estado de nervios.

- Fue sobre ... Francisco – contesto al cabo de un rato extremadamente largo – Sobre el día en que murió.

- Lo siento mucho...- le dije - ¿Quieres contarme?

- No, en realidad es muy triste y nunca quiero hablar sobre eso, pero creo que es tiempo de contarle a alguien sobre lo que sucedió.

- Sabes que estoy aquí ¿cierto?

- Lo sé – dijo – Fue antes de Andy, antes de que descubriera que lo quería siquiera. Antes de él estuve saliendo con un chico por unos cuantos meses. El era mayor que yo. Era atractivo y sabía cómo manipular a una adolescente. Un día comenzaron los celos, y por supuesto, no le di la importancia que debía, pues él me juraba que tenía celos porque me amaba, para mí eso era hasta romántico. Me mandaba flores y también me dedicaba canciones en la radio, siempre las mismas. Una vez, para un cumpleaños de Andy le dije que no podía salir con él. Fue en ese momento en el que él se volvió peligroso de verdad, quizás ya lo era, pero yo no me di cuenta hasta ese momento. Francisco, mi hermano, estaba en casa cuando el fue y me monto toda una escena de celos en la entrada. No alcanzo a salir porque yo ya había mandado al demonio a Tomás, pero dejo claro que tenía que mantenerme alejada de él, que no era bueno en ningún sentido.

El sonido que me trae de vuelta a la vida.  © #Parte1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora