Ella es un ángel en el infierno, pero también es un demonio en el cielo, es diferente, ella es todo menos lo que las personas esperan que sea, ella, es una Zambada.
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Leonardo Ismael.
Ya había tramitado todo para que dejaran ir a mi hermanita, aunque el fregazo marcado que traía Kiraz en la mejilla solo provocaba querer matarlos.
–Ya se pueda llevar a su vieja– dijo uno de los cabrones– Póngale bien la Correa– dijo riéndose.
Ahora tenemos problemas.
–Es mi hermana– dije Viéndolo– Leonardo Zambada– dije presentándome con él– Soy el que si no le piden disculpas en este momento les mete un tiro–
Ellos me vieron con terror y luego vieron a Kiraz quien ahora también los veía con esa mirada muy digna de ella.
Ellos pidieron disculpas y sin más, Kiraz y yo salimos, miraba que se tocaba mucho el cuello, y cerraba sus ojitos cada que lo hacía.
–Isma–dijo viéndome mientras se subía a a troca con un puchero–Me duele mucho– dijo tocandose su cuello.
Kiraz frente a los ojos de mi papá, padrinos y abuelo, era la mujer más fuerte, pero era conmigo con quién lloraba por cualquier cosa.
–Ay mi niña– dije viéndola ahora con un puchero yo también.–Vamos a un hospital ¿Si?– ella asintió viéndome mientras tomaba mi mano.
Siempre lo hace cuándo tiene miedo.
Empecé a manejar a una clínica privada, tenía como 20 llamadas perdidas del viejo, otras de mis tíos y de mis padrinos, pero en ese momento Kiraz y el dolor constante de su cuello eran mi única preocupación.
Ya el doctor había atendido a Kiraz, le había puesto un collarín, pues llegó con un tirón del nervio, al menos así le entendí.
Kiraz.
Ya íbamos camino al rancho de mi papá, mis lágrimas iban bajando, realmente el cuello me dolía mucho, el doctor dijo que era para que se evitarán daños neurológicos, debido al impacto de la camioneta.
–cereza– me llamo Ismael– Tengo algo que te hará muy feliz– lo mire esperando a que me dijiera.
–Pero ya habla– dije terminando de dar la vuelta para verlo mejor.
–Ya subí la canción al yutu– me miró orgulloso, hace días habíamos compuesto una canción y la habíamos grabado, el cantando y yo tocando el acordeón– Y no lo vas a creer pero ya tiene 36,000 vistas– dijo muy emocionada. Mi cara sin duda tenía una sonrisa.
–Hace cuánto la subiste– dije viéndolo– Espera ¿Cómo la subiste?– pregunté mientras la buscaba.
–Se llama "El Niño"–dijo sonriendo– y a nosotros nos puse como "Marca Registrada".
–Se escucha mamón– dije cuando la música empezó y mi acordeón empezó a sonar.
Llevaba 2 horas en la plataforma y ya sobrepasaba las 40,000 vistas.
