Kiraz.
Mire como el umpalumpa, perro desgraciado, hermoso, chulo y grandísimo cabron de Ovidio estaba abrazado a mi mientras que murmuraba muchas cosas.
—Te busque por todos lados Kiraz, mandé un chingo de gente a todo México—
No voy a negar que sentí bonito.
—Si, y cuando toco buscar en Maza, en Cancún, en Acapulco y en los cabos, fuimos el y yo, y no creas que nos dimos a una morritas bien buenas— decía el pinche Serafín.
—¿Escuchaste eso?— me susurro Cornelio.—Fueron tus ilusiones derrumbándose—
El cabron y mi Isma soltaron la carcajada.
—X— dije como si no me importará mientras me sentaba con Arturo y recargando mi cabeza en el.
—No valen verga— dijo Arturo mientras los miraba—Ni uno— me dió un beso en la frente
—A pinche Kiraz— Ovidio renegó y se sentó a comerse la comida de Isma.
Vicente
Miraba a mi apa, a Iván, a Rodrigo, Alfredo y hasta Mayito, cada uno me tenía una pinche pistola en la cabeza.
—¿Onde chingaos metiste a mis plebes cabrón?— el enojo de Iván se notaba.
—Te dije que no sé—
—Son tus hijos Vicente. Son tu pinche sangre— me dijo mi apa bien decepcionado.
Me pare en chinga y los mire.
—¡Se que son mis hijos chingao!— grite.—Yo se que son mis plebitos, que Kiraz es la reina de mi vida y que Isma es mi niño.—
—Entonces por qué putas tienes tan pocos huevos cabron— Mayito me tomo del cuello de la camisa.
—Por que los protego— el me soltó y me miró confundido.
—¿Protegerlos significa correrlos y dejarlos a su suerte mientras se pueden morir de hambre?— pregunto Iván mientras movía sus manos exageradamente.
—Protegerlos significa dejarlos con Romina, lejos de mí, lejos de ella.—
Iván.
Salí bien confundido de la casa del chente, no entendía nada, solo que había dejado a mis plebitos a su suerte.
—Nestor— le dije al Nini—Llevame a dónde dijo el pinche Ratón—
—Amonos pues— dijo y empezó a manejar—¿Y dónde está la cerezita? Tengo mucho que no la veo—
Lo mire con la ceja alzada.
—Donde ande pinche cabron— le dije mientras lo señalaba.—con mi hija no—
—Oye, y si es hija tuya o puro pedo—
Me dijo y hasta la saliba se me atravesó
—De que hablas wey— le dije mientras me acomodaba la corbata.
—La cereza se parece un chingo a tí y al Alfredo, además de que tú me dijiste que también te había tirado a la Zinerva cabron—
Traiganme un perico que se me bajo el azúcar
—Puras pendejas dices tú—
—Ademas, wey le tienes un amor fraternal más notable que el Vicentillo—
Solo me quedé callado y voltee la cara. Pinche Néstor, me sembró la espina como el siembra la mota, bien feo.
Rubén.
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Ella
FanfictionElla es un ángel en el infierno, pero también es un demonio en el cielo, es diferente, ella es todo menos lo que las personas esperan que sea, ella, es una Zambada.