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Vicente.

Los gritos se quedaron en el aire, y las balas terminaron cuando escuchamos ese disparo, ese grito.

Mi corazón dolía, por Romina, y por la decepción de mis hijos, pero lo hecho, echo estaba.

—¡Compa!—  un wey de ceja pegada corría hacia Isma... Traía a mi niña en brazos.

A como pude llegué corriendo hacia él.

—¡No te atrevas a tocarla!— Isma me grito—Pasamela, rápido Arturo—

El plebe sin pensarlo lo hizo.

Arturo "Panter bélico"

No entendía ni verga de que era lo que estaba pasando, la muchacha chula se había desvanecido en mis brazos, el señor Zambada le rogaba a su hijo que le diera a la muchacha, mientras que los menores, llamaban rápido a un doctor.

— E wey, amonos que esto se puso caliente— cesar me llevaba a madres.

A como pude me sale de su agarre y corrí con el de marca Registrada.

—Compa— le dije y el me miró.— póngale esto a su carnala, le ayudará — el me miró un momento.

—Epa, epa, ya te mire hijo de tu chingada madre— el señor Iván vení hacia mí casi corriendo y con el arma de fuera.

Quien la manda estar tan bonita pues.

César venía a madres por mí, y sin esperar a que llegara, rápido nos subimos en la troca.

En el camino todos iban serios, traíamos los huevos en la garganta.

—Arturo— mire a mi compa que toca el bajo—Esa plebe no es como las de acá del rancho— me dijo serio.

—Si wey, aparte fíjate de quién es hija—mis compas le seguían.

—Es que está rechula la condenada pue'— dije tocando   mi cuello, dónde hace unas horas traia mi San Judas.

Zinerva

Corrí lo más pronto que pude a la troca de Mencho.

—Todo salió bien mi amor—

El me miró serio unos momentos para luego prender la camioneta.

—¿Le diste a Vicente, o a Iván?— dijo mientras sonreía un poco.

—Les di a ambos al mismo tiempo— el me miró por unos momentos para luego fijar su vista en la carretera.

—Solo era una bala, mujer ¿De que hablas?—

Esté hombre es de lento aprendizaje.

—Les di en lo que más les duele a ambos— el me miró curioso— En Kiraz— la troca freno de chingazo.

—¿Kiraz? ¿No es la gemela?— asenti emocionada.— Bueno tu estás pendeja— me dijo bastante enojado.—¡Es tu hija cabrona! ¡Hija de Vicente, hasta de Iván!—

—No me interesa de quién sea hija— dije segura.

—No nos metemos con los hijos del otro— dijo serio mientras me tomaba del cuello fuertemente pero no lo suficiente.

—Tu no sabés nada— dije segura— Desde que Kiraz nació, todos la prefirieron a ella— dije mientras lo veía a los ojos.—Mi niño, ama más a Kiraz que a mí, que soy su madre, Vicente la ama más a ella, Kiraz es a quien le rezan, esa pinche vieja, es el talón de Aquiles de todo el cartel de Sinaloa, y bien sabes que también de la Mafia Italiana. — fijé y podía sentir el odio en mis palabras. —Kiraz tiene todo lo que me pertenece—.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora