Ella es un ángel en el infierno, pero también es un demonio en el cielo, es diferente, ella es todo menos lo que las personas esperan que sea, ella, es una Zambada.
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Kiraz.
González Guzmán retumbaba en mi cabeza.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Que haces aquí para empezar?— dije una vez saliendo de mi trance.
-Estoy dando los apellidos de mi hijo—dijo mientras cargaba a Valdo «Derek, ahora Ismael Archivaldo había querido que así le llamarán»—Kiraz yo no mentia cuando te dije que quería ver toda una vida juntos, tampoco te mentía cuando decía que tú eres la única mujer quien yo quiero a mi lado—
—Arturo, ¿Estás seguro de esto? No es un juego— le dije tratando de que recapacitara o se asegurará bien, ni Valdo ni yo éramos para un rato.
—¿Dónde está mi ahijado....— la oración/pregunta de un eufórico Isma quedó al aire cuando mire a Arturo.—Y tu qué pantersito— dijo mientras se cruzaba de brazos.
—Nada cuñao' vengo con mi familia—
Mira que huevos
—A.. miré — dijo Isma mientras le quitaba el niño.
—Mijo, ¿ya le puso el Guzmán al niño?— El radio que Isma traía comenzó a sonar.
—¿Isma? Si lleva el Guzmán primero verdad—
La voz de mi abuelo Joaquín y de ¿Ovidio? Llenaban el cuarto donde ya todos nos miraban algo raro.
—Se callan o les meto un tiro— dije a través del aparato donde Salían sus vocesillas.
—Si, definitivamente eres hija del quino, pinche chamaca grosera—
—Alfredo no le hables asi a mi reina—
Ya me había cansado de escucharlos por lo que simplemente apague el radio.
Isma.
Miraba serio al Arturito, no era que no me cayera, solo que sentía que iban demasiado rápido, muy rápido para querer ponerle su apellido al plebito.
—¿Entonces como se apellidara?— pregunto la mujer.
—Guzman—
Dije yo y Arturo negó.
—Gonzalez Guzmán — dijo el y rápido me le quede viendo serio.
—Sera Guzmán González— dijo ahora mi niña.—Si quieres que lleve tu apellido Arturo, será después del mío —
No sabía que había pasado con aquella niña tímida, pero que en Kiraz dominará el ego, ese poder femenino, me hacía sentir muy orgulloso.
—Kiraz te dije que no eres para un juego pues mija— le dijo él —Ademas mi apellido...—
—Tu apellido es muy honrado, pero el mío siempre le dará protección — dijo ella y el quiso hablar cuando mi Kirazcita volvió a hablar—Es así, o no le ponemos tu apellido—
