38

1.7K 169 35
                                    

Kiraz.

–¿entonces se llama Alexa?– pregunto Isma mientras la miraba raro.

Siempre soñé que mi hermanito estuviese aquí, cuando lo creí perdido le rogaba tanto a Dios que...

–Pinche Ismael pendejo– le dije y él me miro asustado – Yo me iba a suicidar por que tú te habías muerto, perro cabron– y de nuevo mis lagrimas comenzaron a salir.

–Te juro que si tú lo hacías, yo también lo haría – dijo abrazándome más fuerte.

Isma, mi Isma.

Lo mire a los ojos, miraba a a la bebe muy detalladamente.

–¿desde cuando supiste que sería una niña?– me pregunto.

–Había algo que siempre me hizo pensarlo– el asintió y de nuevo un puchero se me formó en los labios.

– qué pasa mi niña–

– Ni puedo creer que aún estés aquí
Vicente.

No pero yo digo que mi bisnieto se tiene que llamar como yo– dijo mi apá seguro.

–Nambe apá, ya son un chingo de ismaeles, que el flaco, el gordo, el Isma, el Valdito y lo demás hijos se sus otras hijas– dijo Seráfin ya bien arto.

Sentía como el corazón me estaba latiendo muy rápido. Había recuperado a Isma, él estaba vivo y estaba conmigo, pero lo que más llenó mi alma fue mi negrita, mi niña había regresado a mis brazos, mi Kiraz estaba conmigo aún.

–¿¡Donde esta!?– gritó Iván llegando.

–¿quien o que?–

–Mi hija Vicente- mire en sus ojos el miedo que había, una sonrisa ladina se formó en mi cara.

–¿tu hija?– pregunte riendo –Es mi hija Iván, solamente mi hija, de quien lleva la sangre es de los Zambada, de quien lleva ese lado asesino es de mí, no de ti– me acerque mientras miraba que su vista estaba fija en un lugar, lugar que rápido me hizo sonreír.

–¿que es esto?– pregunto tomando los análisis de paternidad.

–La prueba de que es mi hija– lo tome de brazo y lo acerqué.

–Si te vas a seguir acercando a ella será como lo que un día te hicieron creer, su padre, la verás como si fuese tu chingada sangre, no como mujer– le dije en susurros. Iván solo me miraba con los ojos abiertos.

Había confirmado lo que yo ya sabía.

Isma.

No podía creer, Kiraz de mamá era la mujer más bonita que mis ojos habían mirado. No quería ver a la niña, ni siquiera podía cargarla, sentía como si se me fuese a romper.

Valdito abrió la puerta y rápido se puso a mi lado. Aún no entendía por qué Kiraz decía que era mí plebe. Yo nunca me metí con viejas de aquí de Sinaloa.

–¿El es mi hermanito?– pregunto confundido y mi niña río.

–Ella es tu hermanita Valdito– le dije y pude ver cómo sus ojitos se abrieron grandes.

–¡Ya llegó por quien lloraban!– toda la familia Zambada llegó gritando. En sus brazos tenían flores como "buenvenido Serafin Jr." ¿muy obvio a quien le pertenecía? Otro decía "Is't boy".

–Pinche vato alucin verga– Vicente le dijo a mi nino Rodrigo–2 semanas verga, tienes dos perras semanas en el gabacho y ya andas con tus mamadas de boy–

–Critiquen perras, la que puede, puede y la que no que soporte– dijo y se posó a mi lado, aún no se percataba de Isma, pero al hacerlo hasta guero se puso.–No, no mames vete a la verga–

Adelantó....

juntos a hasta que la muerte nos separe– me dijo él besando mis labios para luego subirse a la avioneta, había preparado todo. Hoy era el día de nuestra boda.

Mire cómo él se despedía.

–prometo alcanzarte allá – le dije con lagrimas en los ojos, aunque no pareciera, me dolía.

Unos 3 minutos la avioneta despegó, dejándome un fuerte dolor en el pecho, Isma salió de donde estaba escondido, tomó mi mano y junto a mi contamos.

1........2........3.....

Hasta que tu vida nos separe–

La avioneta había explotado, no había rastros de él, ni de lo que un día sentí por él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 09, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora