25.

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Isma.

Mi vida estaba en el hilo dónde también se encontraba la vida de mi Kiraz, ella se me estaba muriendo, pero me estaba llevando también a mí.

Pase mi mano por su rostro mientras que lo acariciaba, peine sus cabellitos, limpie la sangre que aún le salía con mi playera.

—Isma ya vamos a aterrizar — dijo Nini y solo sentí aferrandome más al cuerpo de mi hermana.

El helicóptero llegó al estacionamiento aéreo del hospital, el personal ya estaba afuera con una camilla, rápido doctores y doctoras comenzaron a ayudarme a bajar a Kiraz, una de ellas llamo mi atención, pero lo deje pasar no era tiempo ni momento.

Ellos gritaban chingos de cosas, mientras corrían con ella y yo detrás, llegamos a un piso mientras comenzaban a quitarle la ropita a mi niña.

—No no que hacen— dije sacando mi arma—¿Por qué chingaos la quieren encuerar?— nadie me decía nada.

La muchacha de ojos verdes me miró.

—Estamos haciendo lo posible por salvarla. Guarda eso o te vas de aquí, estamos— me dijo y yo solo opte por asentir, diría mi cereza, está quien se cree para llamarme así.

Arturo "Panter".

Luego de que el papá de mi chula me marcara, llegué enfierrado al hospital donde la tenían, tomándome con su hermano.

—¿Que paso compa?- le pregunté pero el estaba totalmente ido.

Busque por todos lados, a alguien que me pudiera decir algo, aunque sea decirme si estaba viva, regrese con Ismael, quien al verme se paró pero antes de dar un paso su cuerpo se desvaneció completamente.

—Ey, ey compa — dije mientras le daba palmadas pa que reaccionara.

Una doctora llegó y lo atendió, pero aún así le administraron una habitación, eran pocas las veces que había convivido con Ismael, pero el plebe no se parecía nada a aquel hombre imponente, su vista estaba perdida, Kiraz siempre me dijo de la conexión que tenían, pero nunca se lo creí hasta ahora.

Me acerque al plebe mientras el fijo su mirada un momento en mí.

—No pude cuidarla panter— me dijo viéndome mientras apretaba los labios —No pude evitar que ella esté así — me dijo y mire como sus lágrimas ya estaban cayendo por sus mejillas—No quiero que se vaya—

No sabía cómo sentirme, me dolía cada una de las palabras que decía, el era el hermano de la mujer que quería.

Iván.

Vicente y todos ya se habían ido al hospital, pero yo no podía, no podía, no quería ver a mi niña así, ¿Cómo pensar que la vida puede terminar en un segundo?

Estaba llorando mientras me acorrucaba como un bebé, esperando a que alguien me consolara.

—Ivan— Ovidio entro con los ojos rojos—Perdon carnal, te juro que yo no sabía que ella era mi sobrina— me dijo mientras lloraba.

A Ovidio le dolía igual que a mí.

—Ven— le dije y ahora era yo quien lo acunaba en mis brazos— Mi Kiraz es la mujer más hermosa y perfecta en el mundo— dije mientras mis lágrimas caían.

—Tienes que estar con tu hija Iván — me dijo.

Ni siquiera sé si mi hija está aún viva ratón —.

Isma.

Cerré mis ojos por un momento, mientras sentía una tranquilidad de la más grata.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora