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—¡Ay que lastima, que lastima, que lastima me da, de ver a Margarita llorado ella está!— decía serafín al ver a Kiraz, quien era seriamente interrogada por sus tíos, ninos, papá y hermanos

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—¡Ay que lastima, que lastima, que lastima me da, de ver a Margarita llorado ella está!— decía serafín al ver a Kiraz, quien era seriamente interrogada por sus tíos, ninos, papá y hermanos.

—Callate la cola pinche prieto— lo señaló Kiraz.

Kiraz

Mire seriamente a mi papi, y el rápido bajo la mirada.

—A mi ni me vayas a empezar a ver, pinche plebe, me das un miedo— dijo Ovidio apenas le cruce la mirada.

—Ni quien te quisiera ver— le respondí indiferente.

Al chile yo si lo quería ver, pinche vato guapo mamón.

¡Bueno ya!— el tono de voz que Isma había usado me hizo soltar un puchero involuntario— ¿Quien era el cabron con el que venías?—

—Van 6 veces que les digo— respondí sería— que era un paciente— mire a los hombres que tenía frente a mí, y de nuevo bajaron la mirada.

Así me gusta.

—Ya me voy— dije antes de que mi hermano volviera a hablar.

Salí de la casa y sin pensarlo camine hacia el Jeep que mi Nino me había regalado.

—¡Te llevas seguridad Leonora!—

Mi papá me dijo Leonora.

Voltee a mirarlo rápidamente.

—Te cuidas mucho mi niña— lo dijo cuando mire que me puse sería.

—Ti cuidis Michi mi niñi— dije subiendo me a la troca.

Salí de ahí escuchando las canciones que un compita y su grupo estaban sacando, el era también arcodeonista. Andaba dando la vuelta y decidí llegar por unos camarones, o algo así.

Entre normal, agradecía que nadie supiera quién era realmente yo, por qué el miedo de salir y no regresar con mi Isma y mis papás, solo por qué alguien se había enterado de mi apellido, era cada vez más grande.

—Buenas buenas— la voz de una mujer me hizo ponerme alerta.

—Eyt— respondí rápido y con la voz firme, sabía a quién le pertenecía, pero en el fondo rogaba por qué no fuera ella quien estaba hablando.

—Kiraz— dijo acercándose a mi mesa.

—Se equivocó— dije en un nulo intento de que mi voz no se quebrará.

—Jamas podría equivocarme contigo, mírate, eres igual a mí, eres preciosa Mi Cerezita—

Te pido que te vallas— la mire a los ojos mientras sentía mi pecho comprimirse. —Estuve bien sin tí, y estaré bien—.

—Soy tu Madre— me dijo y pude notar como se estaba molestando, pero su mirada me decía lo contrario, reflejaba tristeza.

—Ay que lastima, que lastima me da, de ver a Margarita llorando está—

Bendito prieto que me hizo recordar eso, no me pudo salir mejor la carcajada.

—Mi única madre se llama Romina— dije y sin más me levanté de ahí.

—¡Te volveré a ver mi princesita!—.

No dije más iñy me subí a la camioneta.

Esto no puede estar pasando.

Isma.

Estaba bien agusto con mis tíos y papá.

—Que me echen una piedra en el zapato por qué ando pero agusto plebes— Ovidio llegó sentandose junto con Serafín.

—Sigo sin entender el poder que la plebe tiene sobre ustedes— mi Tito decía mientras reía al vernos a todos colorados.

Kiraz, mi hermanita tenía todo el poder del mundo sobre mí.

—Sobre nosotros viejo— mi tío Mayito dijo haciendo que mi abuelo dejara de reír. —Acuerdese como lo convenció pa que le comprara una bolsilla que vale más que todos nosotros juntos—

—Es que es mi princesa— sin duda le di la razón.

Iba a decir algo más cuando un mensaje de Kiraz me llegó. Estaba alterada, algo estaba pasando, jamás me habla después de hacerla enojar.

Quise regresarle el mensaje, pero mi Nino Iván hablo.

—Mira lo que te traigo mijo— mi Nino llegó con el cabron que había dicho que mi hermana estaba buena.

—Uyuyuy— dije cuando mi apa me pasó la Glock.

Le estaba apuntando, sería su último respiró, estaba a nada de disparar cuando..

—¡Leonardo!—

—Ay no— mi Nino Iván, rápido se cubrió la cara. Mientras que Ovidio y Serafín se hacían weyes.

—Madres— dije casi temblando de miedo.

Trate de esconder la pistola.

—Si alguien aquí dice algo, les juro que me los jodo— dije viéndolos y ellos solo optaron por asentir.

Vicente.

Mire como mi hijo aventó la pistola rápido, para luego limpiarse las manos y sin esperarlo, y como si nada, comenzó a caminar con Kiraz.

—Lo traen pero cortito— no escuché quien dijo eso, solo me concentraba en el por qué Kiraz había abrazado a su hermano antes de pegarle.

Antes de que pudiese decir algo, un mensaje llegó a mi teléfono.

"Tenemos una hija preciosa Vicente, nos veremos más seguido. Te lo aseguro

-Zinerva Oseguera Rossi."

¿La vio?

¿Desde cuándo putas Zinerva es una Oseguera?.

Mierda.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora