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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

Eran 4 los hombres de confianza de Kiraz, trabajadores de su familia quienes darían todo por ella y hoy estaban aquí, Néstor, El trébol, Reyes y Rana, tenían a las mujeres amarradas de pies y manos, con una mordaza

Inicialmente solo traerian a la mujer ruda, pero hubo alguien quien escucho a la mujer pelinegra decir cosas del joven Zambada, cosas que no perdonan.

Kiraz llegó al lugar, robando la mirada de los hombres que cuidaban el lugar, ella se miraba diferente a las otras veces, labios cafes un delineado, pestañas grandes, su ropa era una sorpresa, pantalón de cuero y una playera negra, resaltando su figura más que nunca.

Cubrió su rostro con el pasamontañas, y entro resonando las zapatillas de Suela roja, Kiraz hoy era diferente y ella se sentía diferente.

—¿Patrona?— Dijo Néstor completamente anonadado.

Ella volteo y le guiño el ojo.

Kiraz.

Me acerque a paso lento a estas mujeres, eran demasiado lindas a decir verdad

—Por favor ayudanos— me suplico la pelinegra y me quedé estática al verla aquí.

Pensé que era equivocación, pero grata sorpresa me lleve al ver el vídeo que me mostraba Néstor, dónde ella habla pura pendejada.

—Tu me habías caído bien— dije poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja.—Mierda eres increíblemente bella— dije acariciando su rostro.

—Por favor no me hagas nada— dijo la rubia y torci los ojos.

—A ti te voy a matar quieras o no — dije viéndola a los ojos.

Ella se iba encorbando poco a poco, dándome esa satisfacción de sentirme dominante.

—Pero empezaré contigo, por qué mínimo tu amiga hablo de frente, pero mira que tú, hablar a las espaldas, no no— dije sacando el arma y comenzarlo a pasear por su cuerpo.—No estás para saberlo, ni yo para contarlo, pero una de mis fantasías es hacerlo con alguien que me pase un arma por el cuerpo— dije y cuando ella se distrajo un momento dispare en uno de sus implantes mamarios.

Pinches plebes calenturientas.

Su pecho literalmente estalló, luego de eso agarre su cara, saque su lengua y sin más la corte con una navaja.

—NOOO, ¡Por favor no me hagas daño! Tengo un hijo— dijo la güera y me le quede viendo—Tengo un hijo de 4 años, solo me tiene a mí — me dijo suplicando.

Me senti mal.

—Solo te tiene a ti— dije queriendo que me lo confirmara y ella asintio rápidamente.—¿Donde está?

—En mi casa— me dijo llorando y rápido le hice una seña a Néstor quien pareció entenderme, pues salió de ahí.

—Bueno pues ahora me tiene a mí — dije y sin esperar más le dispare dándole el tiro de gracia.

Ella había dañado a mi Isma, debía de morir.

La amiga estaba muriendo desangrada pero igual, no tenia ganas de divertirme hoy.

También le di el tiro que le dió fin a su vida.

—Quiero que las tiren en algún barranco, no me interesa— le dije a Reyes  y a Rana.

Salí de ahí quitando lo que traía en mi rostro, con Néstor y Trébol arriba de la camioneta.

-¿Cómo se siente?— me preguntó Trébol.

—De maravilla— dije y ellos se me quedaron viendo.

—Acaba de matar a dos personas—

—A dos de 22 que llevo— dije queriendo dar por terminado el tema, realmente no mentía en lo que decía, había matado personas que habían dañado a mi Ismaelito, entre ellos amigos, mujeres incluso trate de hacerlo muchas veces con Zinerva cuando era niña.

Ya no había nada más que silenció, Néstor manejo a una casa, casi llegando a Guasave, llegamos y había un cuarto prendido.

Entre a la casa y ahí estaba el pequeño de 4 añitos quien solo me miraba.

—Hola, soy Derek, ¿y tú?— me dijo y morí de ternura al verlo.

—Soy Leonora— le sonreí.

—¿Has visto a mi mamita?- dijo mientras se ocultaba en las sábanas cuando negué —Que bueno, es que ella me pega mucho cuando no duermo-

-No la e visto, por qué apartir de hoy Derek, yo seré tu mami— dije segura de lo que decía.

El parecía no entender mucho pero solo sonrió y se acercó a abrazarme.

—Vengase— deje cargando lo mientras salía de ahí.

Entre a la camioneta con el niño en brazos, no sabía que lío se me iba a ser, pero igual ya lo había dicho, yo sería la mamá de él, y oraba por qué Arturito entendiera.

No lo pensé más cuando a como pude trate de enviarle un mensaje donde le explicaba, omitiendo partes claro está, de lo que pasaba, diciéndole que había encontrado a un pequeño y que quería hacerme cargo de él. Mande el mensaje y el rápido lo miro, pero tardó en contestar.

No quería perderlo, pero tampoco iba a dejar a Derek solito.

Isma.

Rato tenía buscando a Kiraz, tanto tiempo llevaba haciéndolo que ahora eran los Guzmán junto con los Zambada quienes la estaban buscando.

Recordé mi sueño y la ansiedad empezó a recorrer mi cuerpo, esto no podía estar pasando.

Estába fuera de la casa cuando las camionetas de Kiraz y quiénes las cuidan llegaron.

Bendito Dios.

—No mames— dijo mi Nino Iván al ver a Kiraz así vestida.

Era...mi hermanita quien hoy se miraba como toda una reina.

Llegó con nosotros y se puso a nuestro lado.

—Que gusto me da que estés bien— ella sonrió, pero yo no pude acercarme a ella por el huercos que traía en brazos.

—Mija no salga así. Nos asusto— dijo mi apa del mismo modo.

—¿Dónde andabas plebe?- pregunto Ovidio.

Ella lo miro por un momento.

—Fui a recoger a mi hijo—

—A muy bien.....— ella comenzó a subir las escaleras mientras yo me quedaba en un especie de trance.—¡¿Tú qué?!

2 de...

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora