prologo.

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Narrador: todo comienza en konoha aldea de la hoja, el rencor y odio solo se le daban a un pequeño inocente, solo por llevar a un terrible prisionero en su interior, ese niño rubio sin padres, ni amigos, solo suele sentarse lejos con una mirada llena de tristeza, sin comprender la razón de tanto maltrato y rencor de los demás así a sí mismo.

Aunque tuviese una pequeña casa, se le pasaba afuera, buscando a ver si podía hacer amigos, pero cada vez que se acercaban, los demás niños sujetaban como siempre piedras, lanzándose con intenciones de herirlo en el proceso mientras le dicen las típicas malas ofensas hacia el uzumaki.

"aléjate demonio, no mereces seguir existiendo en esta aldea"

Tras recibir los piedrazos en sus brazos, que le salían pequeñas gotas de sangre, pues el uso sus brazos para defenderse aunque con eso se saliesen lastimados.

Rápidamente ocultándose tras un árbol alejado de los demás, abrazando sus propias piernas, respirando, escucha como los pasos de sus perseguidores y maltratadores se acercan y se van corriendo pasándose de largo, al pensar que naruto seguía corriendo.

¿p-porque me toca esta mala suerte a mí? –Pensaba el pequeño naruto-

Levantándose para irse del lugar a su casa la cual esta ocultada de los demás, suspirando con cansancio, da pequeños pasos, antes de que lo notase, ya había anochecido, y su estómago comenzaba a sonar, se dirige hacia afuera del bosque.

Deteniéndose ve una montaña no muy lejos de la aldea, algo extraño sentía, al ver la montaña, que en la punta alcanzo a ver por unos segundos, como en la punta brillo una estrella con un resplandor azul con llamas.

Tengo tanta hambre que comienzo a ver alucinaciones y lo peor que no son de algo de comer –suspiro al parpadear se da la media vuelta-

Después de caminar por unos minutos, pudo llegar, al ver que era noche, no sabía cómo conseguir algo de comer, en eso un delicioso olor jamás antes olido por sus fosas nasales, como un pequeño animalito se deja guiar por su olfato hacía de dónde provenía el olor, llegando a un puesto de ramen.

Otra tienda en la que no me recibirán, eso puedo darlo por seguro –bajando los brazos al igual que su sonrisa, que ahora solo miraba el suelo-

Esta por dar la marcha e irse de ahí tan rápido como pueda, no quiere que algún otro desconocido le venga atacar, para la mala suerte, comienza a llover, mojándose su cabeza, se agacha, golpeando el suelo con su puño, de repente nota que una paraguas sin abrir esta en su costado, rápidamente da la vuelta para ver de quien era, a quien le pertenecía, pero no había nadie.

Bueno gracias a dios por este paraguas –sonriendo un poco lo sujeta, abriéndolo al instante-

Tras un poste se encontraba una pequeña que se había ocultado con toda su velocidad, no querría que el pequeño niño pensara que ella fuese alguna tipa de acosadora, por seguirlo casi a todas partes.

p-perdóname... yo no tengo valor –susurro para sí misma, mientras que choca dos de sus dedos nerviosa con un leve sonrojo en su rostro-

la pequeña se va de regreso a su casa, naruto se detiene al escuchar una cierta voz desconocido para él, uno que solo se escuchaba de una forma normal y alegre, no unos gritos llenos de odio los cuales eran mucho más frecuentes que escuchase.

¡Hola muchacho ven a mi tienda, ahí hace mucho frio y la lluvia!

Al voltear nota a un señor parado delante de la tienda de ramen, llevando un delantal blanco amarrado a su cintura, por primera vez al pequeño alguien le hablaba de forma normal y con una sonrisa en su rostro, no pudo evitarlo, las lágrimas salen de sus ojos, no podía evitarlo las lágrimas caen al charco de agua del suelo, separando el paraguas de su cabezas, dejando que la lluvia se combinase con sus lágrimas, ahora solo parecía que estaba mojado, es como desde que lo recuerda, la lluvia era casi su única amiga y compañía que no importase a donde caminase, siempre lo encontraba, se acerca.

no cambiare este es mi camino de logro y cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora